La pandemia del coronavirus está poniendo al mundo a prueba y está dejando retratados a algunos líderes, Trump y Johnson entre otros. Estamos sufriendo una auténtica catarsis que debería servir para salir de esta situación fortalecidos, como personas y como país, para lo cual es necesario que todo el mundo, políticos incluidos, cumpla con sus obligaciones: un país desunido no puede hacer frente a esta crisis.

Otra catástrofe anterior mucho más grave, la II Guerra Mundial, puso el germen de lo que luego se convertiría en algo entonces impensable: países enfrentados durante siglos fueron capaces de fundar con el tiempo la Unión Europea, que ahora se enfrenta a un reto crucial. En la crisis de 2008 Alemania y Holanda, entre otros, no consintieron en mutualizar la deuda con los países del sur, los famosos eurobonos, alegando que estos habían gastado por encima de sus posibilidades y debían hacerse cargo cada uno de su propia deuda. Evidentemente, este no es el caso actual, que están sufriendo Italia y España con mayor virulencia y no se les puede achacar culpa alguna.

Estos días pueden servir para replantearse cosas importantes a todos los niveles, y es una ocasión única para que la ciudadanía pueda apreciar el valor de la política: necesitamos más país y más Europa.