Algo increíble sucede en el Juzgado de Primera Instancia de Gandia. Algunos jueces de este juzgado hacen caso omiso de los diagnósticos de los médicos del Servicio de Salud Pública. Se han dictado resoluciones judiciales obligando a niños que permanecen en cuarentena por prescripción médica en el domicilio de uno de sus progenitores (divorciados con custodia compartida) a interrumpir la cuarentena para trasladarse al domicilio del otro progenitor, sin tener en cuenta la fiebre del niño ni el estado de su salud que presenta algunos de los síntomas característicos del contagio por coronavirus. (No se ha realizado el test de contagio. No hay tests). El juez duda de la veracidad del diagnóstico. Me pregunto hasta dónde llegan las atribuciones de un juez que se permite rechazar el diagnóstico de un doctor y jugar con la vida de un niño e incluso con la de sus abuelos, cuando sabe que el progenitor que va a recibir al menor lo va a dejar al cuidado de sus abuelos que a su vez están afectados por diversas patologías.