Esta semana hace 22 años desde que la voz de Frank Sinatra se apagó en una camilla de un hospital de Los Ángeles y sin embargo sus canciones viven generación tras generación y han dado incluso nombre a un plan de Mijaíl Gorbachov en el gobierno soviético. En serio, ¿cuál es el poder de las letras de Sinatra?

Sería necio negar que parte del éxito se debe a sus ojos azules, al whiskey en mano y al smoking que lucía el cantante, no obstante, no todo se reduce a eso. Detrás de la portentosa voz que las cantaba, las letras se han convertido en himnos y es que el famoso "My way", no es otra cosa que una invitación a la reflexión.

En las primeras líneas el cantante ya nos dice que lo que nos mata también resucita y cuando más oscuro parece el final, es cuando el resto se ilumina. No importa cuán negro veamos el camino, pues si alzamos la mirada, podremos observar las posibilidades, que aún escondidas, siempre están. Esto me recuerda a un dicho que me solía decir mi madre cada vez que rompía en llanto: "no llores por no ver el Sol porque las lágrimas te impedirán ver las estrellas". Y en este camino de la vida, hay que recorrer todos los senderos, a pasos largos o cortos, pero sin miedo, pues como decía Séneca "No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas".

Pero si algo cabe recordar, es sin duda el sé fiel a ti mismo que Sinatra tanto predicó. A veces tocará ganar, otras perder, pero hay que levantarse, cada vez más alto, pues hace falta valor para crecer y convertirse en lo que uno realmente es, pero precisamente ahí reside lo bello de serse fiel a uno mismo y como Frank Sinatra, hacerlo a nuestra manera.