Que digo yo, estoy muy angustiado. Acabo de solicitar integrarme en un Círculo de Alcohólicos Anónimos . Cada vez que entro en un comercio, gel hidroalcohólico en las manos y cuando salgo de compras, al menos accedes a cinco o seis establecimientos con su correspondiente chute del dichoso gel. Además en algunos comercios tienes que ponerte guantes de plástico, lo que agrava el problema al evitar que el alcohol del gel se evapore, penetrando con virulencia en nuestro organismo y creando una grave adicción. Total, que al pasar por delante de cada establecimiento, tengo el irrefrenable impulso de acercarme al dispensador del gel y untarme las manos. Si vosotros lectores, habéis conseguido seguir el relato sin desfallecer y también estáis atrapados en esta nueva dependencia infernal del gel hidroalcohólico y desarrolláis un incontrolable impulso de un nuevo chute no lo dudéis, contactad de inmediato con Sanidad, la cuestión es grave y el tratamiento no debe demorarse. ¡Que no os alcance el mono del fin de semana sin gel! Carlos López. Valencia.