Algún día, alguien escribirá un libro explicando el maltrato sistemático al que la población se está viendo sometida por parte de las administraciones públicas. Y lo que es absolutamente indignante e incomprensible, al menos para mí, es que estemos asistiendo a todo este despropósito sin despeinarnos. Acatamos con una naturalidad extraordinaria lo que es inadmisible desde todo punto de vista. Se está desmontando la sanidad pública (más de lo que ya lo estaba), ya no se puede ir al médico. Ahora todo se hace a través del teléfono, como si atender a un anciano, con una o varias patologías crónicas, se pudiera hacer por ese medio. Literalmente se está abandonando a la población a su suerte. De la administración de justicia y sus retrasos históricos, que evidentemente están aumentando dada la situación actual, mejor no hablar. Pero no hay que desmoralizarse, sí, a vosotros os lo digo, que sois una panda de agoreros y aguafiestas, no todo está perdido. Gracias a la tecnología que, cual divinidad salvadora viene en nuestro auxilio, ahora podemos hacer todos nuestros trámites "on line". Si uno lo ha intentado con, pongamos por caso, la Tesorería de la Seguridad Social, la experiencia es, digamos, curiosa. Dado que sus oficinas están cerradas ponen a tu disposición (siempre pensando en el ciudadano) la opción de comunicarte con ellos a través de un número de teléfono 901. La cuestión es que nunca vas a conseguir que alguien te responda. En su incansable empeño por velar por los intereses del pueblo, también te dan la posibilidad de contactar a través de una web. Después de rellenar campos y más campos y más campos y explicar tu vida y milagros en un escrito lleno de detalles, fechas, números de registro, dni, número de la seguridad social (por cierto, datos todos ellos que ya constan en su poder), etc, pulsas, satisfecho, la tecla de "enviar" y, oh sorpresa: "su mensaje no se ha podido enviar, inténtelo de nuevo". Y así una y otra vez hasta el infinito y más allá. Me ahorraré muchos detalles para no cansar más a nadie. Al final se consigue enviar la documentación en cuestión y te responden que se rechaza tu petición por haberse presentado fuera del plazo de los 90 días reglamentarios. Cuando a través de correo se explica el motivo del retraso, se recibe esta bonita respuesta: "Buenas:

Si lo desea puede presentar una reclamación a través del registro electrónico, pero le informo que aunque las oficinas hayan estado cerradas al público de forma presencial, la Seguridad Social ha estado abierta a través de los medios electrónicos para la presentación de escritos, reclamaciones y consultas y los plazos no se han interrumpido durante el estado de alarma, gracias."