Tiene 32 años, está ingresada en un hospital desde febrero y ni ayer ni hoy han ido bien las cosas. A principios de julio ya podía dar trámite a su primer DNI, ella nació en Bolivia pero ya vive y trabaja años en España. En este primer intento llamamos un taxi adaptado pero su silla de ruedas, con un ancho especial, no cabía por la rampa de acceso. Ayer: segundo intento y también fallido; el taxi perfecto, pero entre los documentos exigidos para realizar el trámite, la partida de nacimiento cuya validez es de 6 meses, había sido expedida hace 6 meses y 6 días.

Vivimos una situación compleja y se adoptan medidas extraordinarias: se prorroga durante un año la validez de DNI.

También se indica que «la prórroga (...) permitirá que puedan renovarse, conforme al procedimiento actual, los certificados reconocidos incorporados al mismo por igual periodo». Se prorroga la validez del permiso de conducir, se alargan los plazos de las revisiones de la inspección técnica de vehículos€ ¿Y no pueden tramitar el DNI de una persona que está más que identificada? Que además está enferma. Con una capacidad económica está bastante limitada.

Esta historia resulta difícil de digerir. El próximo será el tercer intento y esperemos que a la tercera vaya la vencida.