Apreciada directora. Escric aquesta carta en castellà perquè fa referència a una zona de València on no es parla valencià. Como siempre, en la diversidad de opiniones se encuentra la riqueza de la humanidad. He hecho llegar este escrito al Ayuntamiento de Jarafuel:

Apreciado Fernando,

Soy «jarafuelina de adopción»: Llevo 28 años visitando Jarafuel de manera periódica varias veces al año. Casada con jarafuelino, con suegros jarafuelinos de raíces y de corazón. En mi familia todos somos amantes de Jarafuel, por sus fiestas, sus calles, sus caminos, sus montes, sus árboles, sus fuentes, sus plazas, sus vistas, sus tradiciones, su patrimonio, sus flores, su clima, su fauna, su historia y sus gentes. Parece ser que hay un proyecto de derribar la casita de los peones camineros. Me sorprendió mucho esta decisión (espero que aún no sea definitiva) porque no entiendo que un pueblo como Jarafuel, que se preocupa tanto por el bienestar de sus habitantes y por el aspecto de sus calles y de todos sus rincones, no se esfuerce por mantener su pasado. La casita de los peones camineros no es el Palacio del Marqués de Dos Aguas, ni el Micalet ¡claro que no! No tiene la importancia arqiutectónica de los grandes edificios de las grandes ciudades, pero forma parte de la historia del pueblo. Y para el pueblo y sus gentes es muy significativa. Está llena de recuerdos y vivencias que desaparecerán si se derrumban sus paredes. «El peón caminero fue en España el encargado de cuidar a pie, del camino o carretera del estado, en cada legua, unidad de distancia equivalente a unos cinco kilómetros y medio. En España fue en el siglo XVIII concretamente en 1759 y durante el reinado de Fernando VI cuando se creó la figura del peón caminero», dice la Wikipedia. «Obrero destinado a la conservación y reparación de los caminos públicos», nos define el DRAE. Y en otro enlace de una página web sobre temas de Benidorm, firmado por Jdiaz, podemos leer una información muy interesante que nos habla de los orígenes de la profesión del peón caminero y de su evolución en el tiempo así como de sus viviendas, tan emblemáticas y personales en nuestro país: La casilla de los peones camineros. Algunas personas han manifestado su opinión en el grupo de Facebook «Jarafuelinos». Muchos y muchas piensan que no hay que derribar la casita, que hay que restaurarla y darle una nueva función: albergue, oficina de información y turismo, museo etnológico, vivienda social...

Espero que escuche las voces de sus vecinos y rectifique la decisión.No somos nada sin nuestro pasado. Jarafuel es una suma de muchos pasados y la casita de los peones camineros forma parte del patrimonio histórico del pueblo y, por extensión, de todas y cada una de las personas que han nacido y vivido en sus calles. Piense qué función puede ofrecer la casita al pueblo, pida opinión a todos los jarafuelinos y jarafuelinas, rectifique el proyecto y dé al pueblo, con la restauración de este edificio, una opción de ser mejor pueblo, más rico, más Jarafuel.