«Hace un par de días, en mi paseo diario, iba por la avenida de Blasco Ibáñez y llegué a la sede de Confederación Hidrográfica del Júcar, así como al edificio colindante de la AEAT. Ambos poseen un pequeño jardín delante de sus fachadas, que está totalmente abandonado desde hace muchos años (plantas secas, no se riega, no se cuida, etcétera). ¿Tanto cuesta su cuidado? Todos los empleados que trabajan en dichos edificios y responsables lo tienen que ver a diario, y su imagen es peor que tercermundista. Me gustaría que se tomaran interés al respecto, pues su actual estado es muy lamentable.