En la información titulada ‘Los directores de IES aseguran que todo el alumnado adquiere los contenidos básicos’, los mencionados directores piden «tranquilidad» a las familias afectadas por la implantación de turnos en los institutos, y aseguran que «se ha planificado un curso donde todo el mundo optará a las mismas oportunidades». También afirman que los turnos afectan solo al 2 % de los centros.Las familias no podemos estar tranquilas viendo como se pone en peligro el futuro académico de nuestros hijos. Además, si existe algún tipo de planificación, no se ha hecho pública y el desarrollo del curso lo desmiente: se están dando las clases como siempre, pero la mitad. Al evidente perjuicio que supone recibir la mitad de clases, se unen otros efectos perniciosos: pérdida de hábitos de estudio, desmotivación, angustia al ver que por mucho que se esfuercen no van a poder competir con alumnos de otros centros, etcétera.Y el mayor de los dislates es afirmar que todos los alumnos van a tener las mismas oportunidades. Si los alumnos que asisten a clase todos los días adquirieran los mismos conocimientos que los que van la mitad, eso significaría que sobra la mitad de clases. Si no es así, los primeros tendrán ventaja en la EBAU, donde compiten todos. Y, a no ser que obren un milagro como el de los panes y los peces, pero con las horas de clase, no es así.Pero lo más grave de todo es justificarse diciendo que son pocos los afectados. Para alguien que se siente discriminado, que ve como sus derechos a la educación e igualdad de oportunidades son pisoteados, el hecho de ser una minoría no alivia su angustia, la aumenta. Además, si son pocos, la solución debería ser fácil. ¿Por qué no se hace nada para resolverlo? Justifican esta situación porque «ha sido imposible garantizar esta presencialidad». En muchos casos se ha intentado poco o nada. Por ejemplo, en el IES Lluís Vives las familias han realizado estudios de viabilidad, que han sido descartados sin apenas justificación por la dirección. Tampoco se ha atendido la posibilidad de emitir clases en ‘streaming’, invocando la Ley de Protección de Datos.