Sobre la hostelería

Ángel Valor García. València.

Los comercios y la hostelería sufrían ya la crisis de la covid por una falta de clientela, aún sin estar cerrados. La cancelación de fiestas populares, la suspensión de acontecimientos familiares, la reducción de eventos laborales, la reducción, en definitiva, de las relaciones personales ha reducido el consumo. Pero no solo padece la crisis el sector de la hostelería: también lo hacen el de la cultura, el textil, la artesanía, el turismo y otros más.Sin embargo, ha habido una parte de la hostelería, me refiero a restaurantes y a bares de barrio de clientela autóctona (no así los hoteles y aquellos restaurantes que viven sobre todo de los turistas extranjeros) que sin estar cerrados han podido funcionar de una forma o de otra. Al menos, así lo he percibido. Desde que se levantó el confinamiento en mayo de 2020 hasta que se ha cerrado la hostelería totalmente a mediados de enero, yo mismo he hecho uso del servicio de bares y restaurantes y he podido comprobar que, aunque con restricciones, éstos tenían su clientela. No entiendo cuando se exageran las cosas y oigo que han sido doce meses de «hambre» cuando en realidad los meses de cierre total han sido, de momento y aproximadamente, solo cuatro.Los problemas hay que situarlos en su dimensión correcta, tanto en los daños producidos como en las ayudas que estos sectores necesiten y tengan que recibir.

Tracking Pixel Contents