Según Naciones Unidas, la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. En la sociedad de consumo de masas en la que vivimos, es fácil quedar atrapado inconscientemente en un ciclo de gasto innecesario. Sobre todo, cuando se trata de la moda, una industria en constante cambio que gasta millones de euros en marketing para convencernos de que hay que ‘ir a la moda’. Y luego nos sorprendemos porque 800.000 toneladas de productos textiles son tirados a la basura cada año. ¡Si es que la ropa no nos cabe en el armario!

No obstante, gracias a los medios de comunicación y a las redes sociales, cada vez más gente está concienciada del gran impacto que la industria textil tiene en nuestro planeta. La respuesta está siendo la compra de ropa usada a través de aplicaciones de compraventa ‘online’ o la visita a los mercadillos locales. ¿Por qué? El comercio de artículos de segunda mano permite darle una nueva vida a nuestras prendas, contribuir a cuidar a nuestro planeta y, por qué no, hacer negocio.