Recuerdo como era antes de la pandemia: salir sin mascarilla, abrazarse e ir al cine. Todo acabó un 14 de marzo, con el estado de alarma. Todos con miedo a lo que pasaría y buscando formas de distracción. Como ‘sustituto’ al cine teníamos las plataformas de ‘streaming’. Las producciones cinematográficas se paralizaron. Desgraciadamente, el 2020 no fue el mejor para el cine.

No es la misma sensación ver una película en esa sala oscura que un sofá. El poder escaparte de tu familia o pasar una tarde con tus amigos no se cambia por nada. Dijo Ramón Gómez de la Serna: «Lo bueno del cine es que durante dos horas los problemas son de otros». Ir al cine con compañía ayuda a olvidarse de los problemas.

El hecho de no poder compartir tus emociones con desconocidos nos afecta. Escuchar risas en películas de comedia, gritar con todo el mundo en una película de terror, o incluso comentarios ingeniosos de niños en películas infantiles es mejor que ver una película en tu portátil.

Esta pandemia hizo daño al cine, pero todavía sigue vivo. ¿Creéis que Netflix ya ha pegado la cuchillada final a las salas de cine? Permitidme negarlo, siempre habrá niños y adultos que comprarán entradas. El cine es para todos y hay géneros para que cualquiera disfrute viendo con un puñado de gente una pantalla.