A lo largo del último año y medio todos los deportistas se han visto limitados en su práctica deportiva y entrenamientos al ritmo que marcaba la pandemia. Sin embargo, frente a esta mayoría destaca el caso del fútbol y es que los futbolistas han tenido mejor suerte respecto al resto de deportistas: más test, vacunas, más precauciones, facilidades para entrenar, etc. Y efectivamente, esto se debe a que es el deporte que más dinero genera, eso es cierto, pero también es cierto que a veces caemos en «la pescadilla que se muerde la cola»; el futbol interesa y genera ingresos y por ende se le da mayor relevancia, pero también ese interés generado es fruto de esa relevancia en bucle que se le da. ¿Qué fue primero, el interés que provoca el fútbol o el interés que provoca la relevancia que se le da? En las próximas semanas se disputarán los Juegos Olímpicos en Tokio, donde compiten miles de deportistas de la mayoría de deportes, entre los que está, cómo no, el fútbol. Y va a darse la paradójica situación en la que se junten atletas expertos en hacer malabares para entrenar en tiempos de COVID compaginando entrenamientos, trabajo, familia y salud con las estrellitas que llevan todo el año jugando y entrenando entre algodones. En la mayoría de disciplinas deportivas llevadas a concurso en los Juegos, el sueño de todos sus atletas desde niños es alzarse con una presea olímpica. Sin embargo ¿cuántos jugadores de futbol sueñan con ganar unos Juegos o lo tienen como objetivo principal de sus entrenamientos? No, porque ya tienen su corona olímpica particular. Por todo ello, porque el fÚtbol este año ha tenido ya sus habituales ligas, copas, Champions, Eurocopa, la Copa América de Messi y los habituales culebrones de verano por el mercado de fichajes, porque el fÚtbol eclipsa a los demás deportes durante los 3 años y 11 meses en los que no se celebran los juegos, por el escaparate que supone para los deportes minoritarios que podría ayudar a un reparto de espectadores, pero sobre todo porque a las olimpiadas se va a cumplir y no a pasear el neceser bajo el brazo, ¿Qué pinta el futbol en los Juegos Olímpicos? Guzmán Blanco. València.