Anoche me desplacé al aeropuerto de València para recoger a unos amigos que venían de Palermo. Mi primera sorpresa fue la oscuridad que reina en todo el aparcamiento, pues prácticamente solo me iluminaban las luces rojas o verdes que señalizan los estacionamientos. Sentí miedo e inseguridad. Sé que la electricidad está cara, ¿pero realmente el aeropuerto no la puede pagar con lo que cobran por estacionar? Aparte, no vi un solo vigilante. Por no hablar de que los carteles de indicaciones de entrada al parking están muy deteriorados.Por otro lado, entiendo que no se permita el acceso a la terminal y esperemos a los que llegan en la calle a causa de la covid. Pero sería de agradecer que hubiese una pantalla informativa de vuelos accesible a la vista de un ser humano normal, sin visión de largo alcance de superhéroe, pues era imposible ver con detalle a través de los cristales la pantalla interior.Siento vergüenza de lo que deben pensar de nuestro aeropuerto nuestros turistas. En países del tercer mundo en los que he estado nunca encontré un aeropuerto con tan pésima iluminación como la del nuestro. Mala imagen la que damos nada más llegar.