Hay algo que desde pequeño me ha encantado, y que, aunque el tiempo pasa, nunca lograba olvidar. Hablo de los olores. El olor es algo que rara vez olvidas. O acaso no has olido algo que te ha teletransportado hace 15 años cuando eras pequeño… El olfato es el que más memoria tiene, algo que siempre me ha fascinado y llamado la atención.

Los que me conocen bien saben que soy un sentimental por eso me voy a centrar en la parte sentimental de los olores, sí, del perfume femenino, ese que tantas veces me ha dejado envuelto en un aura de placer y melancolía.

Cuando tengo un romance con una mujer, me fijo en muchas cosas de ella, pero algo que tengo en cuenta es el perfume que lleva. Parece una tontería, pero tiene mucha trascendencia oler bien, créanme. Las mujeres que han pasado por mi vida, y las que vendrán, saben que cuando me gusta como huelen, al despedirme, siempre les ruego que huelan así cuando nos volvamos a ver. ¿Hay mayores placeres que volver a casa y oler a ese perfume de aquella muchacha que tanto te gusta? A veces pasan los días, y el olor sigue ahí, y ella contigo.

 Puedes estar en tu casa viendo la tele, pero de repente viene ese olor de la bella mujer, y en milésimas de segundos en tu pensamiento estás con ella, cara a cara, disfrutando un momento mágico, mirándola, sintiéndola. Es verdad que es por unos instantes, ¡Pero que instantes¡

Me ha pasado alguna vez que aquella chica con la que tuve una historia de amor hace años y no he vuelto a ver, que no tenía en la cabeza vuelve por un tiempo a mi mente, vuelvo a estar con ella, y todo porque huelo aquel perfume que llevaba y se ponía cuando nos veíamos. A veces me retrotrae a aquel amor cuando era mas joven, una montaña rusa de sentimientos.

Mucho hay detrás de un perfume, mucho amor detrás de tus olores. Bello perfume, que grandes momentos me has regalado y me regalarás.