He ido a ver fallas y me he encontrado con la desagradable sorpresa de que a la del Pilar no se le puede dar la vuelta desde el exterior de la valla. Así que las personas que no pagan pueden ver la mitad. Me indigné. Fui a ver la de Almirante Cadarso-Conde Altea y lo que no te deja verla con mínima comodidad son los carteles publicitarios colgados alrededor y la excesiva distancia entre la falla y la valla que hace muy difícil la lectura de los textos. En fIn, me volví a indignar. Pensé que si ponen esas restricciones a los conciudadanos visitantes, que se atrevan de verdad y las rodeen con muros altos para que sus propietarios las disfruten sin que ningún mirón les moleste. Y bravo por tantas fallas que nos invitan a verlas sin expulsarnos. Miguel Ángel Moret. VALÈNCIA.