n Llíria, ciutat de la música, hemos podido disfrutar, durante unos días, del Primer Festival de Llíria. Han sido cuatro intensísimas jornadas, en las que han desfilado agrupaciones de un grandísimo nivel. A recordar las cuatro orquestas (València, Jove Orquestra de la Generalitat, ADDA Sinfónica de Alicante y la Orquestra de la Comunitat Valenciana) , junto con las agrupaciones corales (Cor de la Generalitat, Centre de Perfeccionament del Palau de les Arts, y el Orfeó Valencià junto a Mestres de Vent de Llíria) y por último la actuación en solitario de Mestres de Vent de Llíria. Igualmente destacar la entrega de la medalla de dicho festival a Alfonso Aijón, que tanto y tan bueno ha hecho por el mundo de la música en general, y por el de las orquestas en particular, comenzando en unas épocas grises de este país, y dignificando la cultura musical, logrando no sin grandes esfuerzos, despegar de la miseria e indigencia cultural de otras épocas, afortunadamente, pasadas. Corresponderá a los críticos valorar el resultado de las actuaciones, ello también podrá contribuir a la mejora de un festival que da sus primeros pasos y la programación del mismo. Mi opinión personal, y de gran parte de personas con las que he intercambiado pareceres, es que la programación era excesivamente densa y comprimida. Para poder asistir a todas las actuaciones, se precisaba casi del don de la ubicuidad. Una programación, como sugerencia, llevada a cabo los viernes y los sábados, de cada fin de semana, conseguiría la posibilidad de asistir a todos los actos, y poder digerir mejor los mismos; lo cual supondría estar programado en cuatro semanas. Agradecer la generosidad de las orquestas, en lo que se refiere a los bises, en el caso de la ADDA de Alicante, no fue un bis, fueron tres. En lo referente a este aspecto, solo lamentar el gesto de un músico de la Orquestra de la Comunitat Valenciana, señalando al director-pianista, con un dedo el reloj, un feo gesto y falta de respeto con el público que es el que sufraga el presupuesto de dichas orquestas públicas. Nadie les pide un bis, eso es un gesto de agradecimiento al reconocimiento que el público hace, en forma de aplausos, correspondiendo con una corta actuación si se quiere, en todo caso se podría haber evitado dicho gesto. Agradecer el esfuerzo que, sin duda, corresponde a todo el personal encargado de poner en marcha este ya finalizado Festival, y destacarlo en la persona de su director, Justo Romero. Larga vida al Festival de Llíria, y a trabajar de cara a la próxima edición. Francesc Maicas. llíria.