Mejores sensaciones, pero más hundidos en las profundidades

­La segunda vuelta arranca para el Levante tal vez con mejores sensaciones en cuanto al juego y las ocasiones, pero no en cuanto a resultados que, dada la situación, es lo único que importa ahora. Nueva derrota, otra semana más en descenso y oportunidad perdida de recortar distancias ante rivales directos.

Ya fuera por las urgencias, por las buenas sensaciones que suele darle este Madrigal a los granotas, o por los cambios en el once, el Levante empezó más centrado que en otros partidos. Con algo más de profundidad, pero sin precipitarse demasiado a la hora de buscar las mejores opciones. Así, con Rubén Ivanschitz y Casadesús alternándose en las posiciones de ataque, y de nuevo con Barral en la punta de la delantera, el equipo empezaba a sumar ocasiones desde los primeros minutos.

Es más, los de Lucas Alcaraz prácticamente encerraron al Villarreal en el tramo inicial, donde Ivanschitz gozó de un cabezazo lejano tras una mala salida de Asenjo. Y poco después era Barral, también de cabeza, pero con más peligro desde el área, el que mandaba el balón fuera por poco.

No obstante, la calidad de los amarillos se iba haciendo patente poco a poco y demostraba que no podía haber ni la más mínima relajación. Ayer, con Navarro sancionado por dos partidos tras su «autoexpulsión» del Martínez Valero, la pareja de centrales era Vyntra y el otras veces casi deshauciado El Adoua. Para apoyarles, también novedades. Iván López mantenía su puesto en la banda derecha, pero en la izquierda, sorprendentemente, entraba Morales quien por cierto se mostró bastante solvente y sin complicarse. Era una apuesta ofensiva en una noche donde las bandas se presumían muy importantes con Barral y Casadesús como rematadores. Y así lo vio Alcaraz que busca sin cesar formas de que su equipo por fin encuentre el ansiado camino del gol. Pero la apuesta le duró poco, pues en la segunda parte el equipo salía ya sin Morales, debido a una desafortunada lesión, y con Nikos en el lateral izquierdo.

En el Villarreal, en cambio, no tienen este problema. Llevan ya 33 tantos a su favor, 24 partidos seguidos marcando y 18 sin perder. Ayer Vietto y Uche mostraban su movilidad y su peligro casi en cada balón que les llegaba, lo cual parece también más fácil si detrás tienes a Bruno para asistirte. Eso sí, Vyntra se les anticipaba en casi todas las ocasiones en que lo intentaban desde el centro del área.

Ahí estaba también Mariño, uno de los jugadores más acertados últimamente, salvo en la desgraciada jugada del primer gol de ayer, para evitar el gol cuando el balón superaba a la zaga. Tal y como pasó sobre la media hora con un tiro de Vietto que el meta logró despejar a pesar de que había golpeado en un defensor.

En el centro del campo, la ausencia de Diop por la Copa África, que como se presumía se está haciendo larga, hacía que el entrenador optara de nuevo por Camarassa y Sissoko, dejando fuera a Simao Mate. La primera parte acababa casi como había empezado, con el Levante, tras muchos minutos a la defensiva, alargando las líneas y buscando decididamente el área rival. La tuvo Casadesús, pero atajó Asenjo. También Barral, pero su tiro se estrelló en la defensa. Eran minutos buenos para los visitantes, pero faltó lo de casi siempre, el gol.

Enfrente, al Villarreal, más puesto en estas labores, también le costaba ver puerta. Y eso a pesar de que su insistencia en la segunda parte fue casi total. Pero un disparo lejano de Trigueros, no lo pudo atajar Mariño y ahí estaba Vietto para aprovecharse y marcar el primer gol en el minuto 55.

Cada vez más daba la sensación de que el Levante tan solo se podría aprovechar de una jugada a balón parado o de algún fallo del rival. Y a punto estuvo de hacerlo. Musacchio despejaba muy mal, el balón le llegaba a Barral que enfilaba el área con decisión, pero el propio jugador argentino reaccionaba para robarle el balón en el último momento.

Con el marcador por detrás, la consigna era arriesgar e intentar el tiro desde más posiciones. Lo intentaba Iván López con un centro envenenado. También Camarasa desde la frontal. Y de nuevo López, mucho menos acertado, desde lejos. Y hasta Barral de chilena. Más corazón que cabeza en un equipo que sigue sin rumbo.