El Levante UD dio otro pasito hacia la permanencia matemática, tras un empate a base de corazón y sacrificio en un extenuante partido ante el Atlético, que se fue sin ganar otro año en Orriols. El conjunto de Lucas Alcaraz plantó cara a un rival mucho más cualificado sin ser inferior en ningún parámetro, ni futbolístico ni emocional.

La soleada matinal y la magnífica entrada invitaban a ver un buen espectáculo. Entraron con ganas los dos equipos al partido, aunque fue el Atlético el que dominó más la pelota en el primer tramo. Los rojiblancos encontraron un punto de fuga que les costó sellar a los locales, en el espacio libre a la espalda de los dos laterales adelantados, y que con tres mediocentros y tres centrales no siempre se tapaba bien. De ese modo, el Atlético contó con excesivas opciones de centro desde los laterales. Mariño, dubitativo para salir en esos envíos, rectificaría con grandes reflejos en el minuto 9, en un doble remate de Arda y Mandzukic.

El susto no sacó del partido al Levante UD. El Atlético, a quien no le importa esperar, le cedió por momentos la pelota. Fue Sissoko, por encima de Camarasa en funciones de Simao, quien asumió la iniciativa con destellos técnicos que levantaron al público de sus asientos. Poco a poco la presencia atacante de los levantinistas se hacía más patente, en la movilidad y brega de Barral o en las galopadas aisladas de Morales, cuando veía la ocasión de escapar de su claustrofóbica ubicación en el mediocentro.

En el minuto 21 Uche lideró una contra clara. Por la derecha se le abría la posibilidad del pase a Barral, abortada con el baile agarrado que el de San Fernando tuvo con Miranda. Los dos acabaron al suelo con alambicadas llaves de judo ignoradas por Hernández Hernández. Al siguiente minuto, Sissoko entregaba un centro picado a la cabeza de Morales, con buen respuesta de Oblak. El público vitoreaba el entusiasmo de los suyos.

En partidos así, dominados por el ajedrez, los detalles son trascendentales. En el 31, Mariño blocaba un saque de esquina e iniciaba una rápida contra. Sissoko entregaba a Morales, que esprintó en medio del pésimo repliegue «colchonero». En el vértice del área pisó la pelota para ver la entrada por el segundo palo de Iván, favorecido por el mal rechace de Miranda, que regaló el tanto a Barral, goleador también en su cumpleaños. El Atlético respondió de forma enérgica al 1-0. Encerró a un Levante UD poco contundente para quitarse de encima el balón y a los cuatro minutos empataba por mediación de Siqueira y que empalmaba un pase de Tiago.

En la segunda mitad el dominio del Atlético fue creciendo, ayudado por las imprecisiones que mostraban puntualmente Ramis y Juanfran en defensa para en sus duelos con Mandzukic. Simeone retiró al delantero croata, de lo mejor en los visitantes, y el Levante UD lanzó otro zarpazo furtivo en el minuto 63. Kalu Uche empujó a la red un gran centro tocado con rosca abierta de Iván. El gol hizo temblar Orriols, que ya festejaba con cánticos la permanencia. El Levante UD aplicó más contundencia en la defensa de esta nueva ventaja y los minutos fueron pasando para desesperación del Atlético, que agotó cambios con Saúl y Raúl García. Este último provocó el saque de esquina, en una probable falta a Iván Ramis, que acabó en el gol de Torres, que arrolló en su testarazo a Mariño, objeto de una clara infracción. Quedaban diez tensos minutos en los que el Atlético continuó gozando de permisividad arbitral en cada envío al área. Con el viento, literalmente, soplando en contra, la defensa del punto tuvo componentes casi dramáticos, pero que acerca el objetivo tras una temporada ingrata.