Hace diecisiete años, Louis Van Gaal vaticinó que el FC Barcelona llegaría a jugar sus partidos con once futbolistas de La Masia sobre el césped. Le tomaron por loco. Sin embargo, su profecía se cumplió en 2012, casualmente, en un encuentro disputado en el Ciutat de València. Con ese ojo clínico, es probable que si el técnico holandés se pasea una mañana por la Ciudad Deportiva de Buñol, termine apostando a que, en un futuro no muy lejano, el Levante UD también formará en sus alineaciones con once jugadores de la casa. La utopía cada vez lo es menos.

Y es que, sembradas con mimo hace mucho tiempo, las semillas de la cantera granota ya han echado vigorosas raíces en el primer equipo. Iván López, Camarasa, Rubén, Morales y Roger ya no son aquellos «chicos del B» que rellenaban convocatorias o «subían» a algunos entrenamientos. Su juventud, su talento y su hambre insaciable les han afianzado como referentes dentro del vestuario y en el terreno de juego. Partido a partido, se han ganado el reconocimiento de los compañeros, el respeto de los rivales y, sobre todo, el cariño de los aficionados. Porque esta «Quinta de Buñol» es un soplo de aire fresco para la grada del Ciutat. Tras la marcha de Ballesteros e Iborra, con la pérdida de protagonismo de Juanfran por culpa de las lesiones y con el habitual carrusel de fichajes de cada verano, una parte del levantinismo añoraban rostros conocidos, futbolistas con los que identificarse, con los que sufrir las derrotas y celebrar las victorias. Ese relevo generacional lo están protagonizando estos cinco canteranos, que han defendido el escudo del Levante UD en el Juvenil, en Tercera y en Segunda División B.

Presencia en todas las líneas

En la defensa, Iván López se ha adueñado de lateral derecho, ganándole la partida a Pedro López, uno de los capitanes. A punto de cumplir 22 años, se ha consagrado como uno de los carrileros de la Liga, en parte gracias al sistema de Lucas Alcaraz, quien le anima a pisar, cada vez más, el área rival. A su vuelta de la cesión al Girona, Iván afrontó el reto de demostrar que tenía cabida en Orriols. Y lo ha logrado. Por ello, el club le ha propuesto renovar por cinco temporadas „su contrato concluye el próximo 30 de junio„ y pese a que hay un cierto bloqueo en las negociaciones, sus agentes y la directiva azulgrana han limado diferencias y el acuerdo está cerca. Mientras tanto, varios clubes de Europa, entre ellos el Genoa, han preguntado por él, dispuestos a pagar un traspaso. El único lunar de la temporada ha sido su intermitencia en las alineaciones, en muchos casos por molestias musculares provocadas por un problema en la cadera. Finalmente, el jugador no tendrá que pasar por el quirófano para solventarlos, y ahora encara la pretemporada en plenitud de condiciones físicas.

Unos metros por delante, en el centro del campo, ha marcado la raya Víctor Camarasa, el más joven de los cinco (21 años). Lideró uno de los mejores juveniles de la historia del club y tras un paso fugaz por el Atlético Levante UD, Caparrós le «fichó» para el primer equipo hace dos años. Esta pasada temporada, con la clasificación cuesta arriba, fue de los que dio un paso al frente, sin quemarle la responsabilidad, y su gol ante el Granada fue uno de los puntos de inflexión para la salvación. Además, con el nuevo esquema de Alcaraz, con tres centrocampistas, los porteros rivales sufren sus derechazos con más asiduidad que antes. Camarasa será azulgrana, al menos, hasta 2019, como consecuencia de una reciente revisión contractual. Su cláusula es de 12 millones de euros.

En las bandas, el descaro y el desborde son los de Rubén y Morales. El primero explotó en 2012, de la mano de Juan Ignacio Martínez, cuando su olfato goleador, su velocidad y su manejo del balón sentaron a Juanlu en el banquillo. El Levante UD le renovó y se convirtió en uno de los emblemas del club. No obstante, su rendimiento fue algo irregular esta pasada campaña, con pocos destellos de calidad en partidos oscuros. El de Xàtiva ha regresado de las vacaciones ilusionado con el nuevo proyecto y el sábado pasado estrenó su cuenta goleadora con un zurdazo en el primer partido de la pretemporada. En su caso, su vinculación con el Levante UD expira en 2018.

Por el otro costado, Morales ha sido la gran revelación de la temporada. Su polivalencia le ha garantizado un sitio entre los titulares y Alcaraz ha echado mano de sus prestaciones en todas las líneas. Además, su gol imposible en el derbi de Orriols conquistó el corazón del levantinismo. Aquel disparo a la escuadra de Diego Alves ya forma parte de la memoria colectiva azulgrana. Como sus carreras interminables sobre la línea de cal y su duende para regatear a los defensas contrarios. Hace unos meses, el Levante UD hizo efectiva una cláusula para ampliar de forma unilateral su contrato hasta 2018, puesto que la dirección deportiva considera que Morales es una pieza clave para la plantilla.

El que menos minutos ha tenido con el Levante UD ha sido Roger. El delantero se ha curtido durante dos años consecutivos en Segunda División, donde ha sido titular en el Zaragoza y en el Valladolid. En esta última campaña ha vivido la cara más amarga del fútbol, con una grave lesión de rodilla, aunque se recuperó justo a tiempo para participar en el play off de ascenso. De vuelta a casa, Roger debe competir con Ghilas, Casadesús y Rafael „a la espera de más fichajes„ por un puesto en el once. Manolo Salvador ha reconocido que cuenta con él para el primer equipo, sobre todo después de la baja de Barral, pero su contrato acaba en junio.

Con todo ello, no hace falta ser Louis Van Gaal para apostar por esta «Quinta de Buñol».