Trujillo es el protagonista del último problema del Levante. El central habló con Rubi tras la convocatoria del partido ante el Eibar y le explicó su decisión de no viajar al País Vasco a pesar de estar en la lista de 19 convocados. El motivo no fue otro que el temor a ser el descarte del técnico, algo que ya le sucedió en el choque frente al Barcelona, cuando se quedó en la grada junto con su compañero Verdú. Tras el incidente, que Rubi comunicó al director deportivo, el turno es hoy para Trujillo, quien tiene que sentarse a hablar con el club.

Según la información que adelantó COPE, el futbolista se negó a viajar, algo que trastocó los planes de Rubi ya que tuvo que incluir a Víctor Casadesus, quien apenas lleva días entrenando con el resto del equipo. En el contexto actual del equipo, y sobre todo tras la derrota en Ipurua, la falta de compromiso se antoja como el peor problema posible. Colista y sin mostrar reacción, la realidad es que los incidentes como el de Trujillo solo enturbian una situación de máxima alerta.

Con la situación liguera del equipo, la reacción de Trujillo resulta todavía más grave y es que el jugador sigue con sus altibajos en un año en el que no ha dado motivos para defender el millón de euros que costó al club. Con Lucas Alcaraz fue titular y uno de los líderes de la zaga, pero entonces llegó la lesión y los grandes problemas que sufrió para encontrarse a tono. Tras su vuelta, el central saltó al césped con unas gafas especiales pero tampoco llegó a demostrar el nivel esperado.

La entidad, ante estos acontecimientos, está valorando qué castigo poner al jugador, quien se enfrenta a una dura sanción. Trujillo, que deberá dar hoy explicaciones, podría ser multado con una cantidad económica elevada, con suspensión de empleo y sueldo o incluso con el despido inmediato tras haberse negado a viajar a Eibar.

La calculadora de la permanencia

El Levante encara las últimas catorce jornadas con la soga al cuello. El margen de error es mínimo y la frontera de los 40 puntos que acostumbra a separar la permanencia del descenso, aunque no está lejos, sí se antoja más que complicada. Con la calculadora en la mano y atendiendo a las necesidades de los próximos rivales, Rubi debe afrontar el encuentro ante el Getafe como la gran oportunidad de sacar la cabeza del agua para respirar.

El conjunto dirigido por Fran Escribá es el más asequible en el horizonte del Levante y es que después del Getafe tiene que enfrentarse a Villarreal, Real Madrid y Real Sociedad. Ante ese calendario, los futbolistas de Rubi encuentran su mes propicio para sacar puntos con la llegada de abril cuando se enfrentarán a Sporting, Betis, Espanyol y Granada en 17 días.

De vital importancia por tanto serán los choques de Cornellà y Los Cármenes y es que el Levante ya no puede permitirse tampoco dejar escapar puntos fuera de casa y sobre todo contra rivales directos. De hecho, el Espanyol se ha situado a solo un punto del descenso y en estos momentos está cinco por encima del conjunto «granota».

En el caso del Málaga, el conjunto andaluz podría estar matemáticamente salvado cuando el Levante aterrice en La Rosaleda, algo que podrían aprovechar los de Rubi. En el caso de Athletic y Atlético las competición europeas también podrían suponer un método de distracción.