Johan Cruyff llegó en busca del ascenso de Levante UD. En ese momento, corría finales de 1980, el club se encontraba en segunda división con la aspiración de conseguir una plaza en la máxima categoría del fútbol español. Paco Aznar, entonces presidente del club, viajó a la capital holandesa Ámsterdam para conocer a Cruyff: un fichaje que multiplicaría los beneficios del club tanto económicos como deportivos. Algunos llegan a cifrar por cinco los beneficios que ocasionó el jugador sólo con los pases.

A finales de enero del siguiente año se hizo real. Sólo con su primer entrenamiento en el campo del Nou Estadi, ya consiguió llenar las gradas.

En total disputó 10 partidos con la camiseta levantinista en 1981. Llegó en un momento convulso para el país. Justo cuatro días después del 23-F el holandés fichaba por el Levante. Tres veces campeón de Europa con el Ájax , tres veces galardonado con el Balón de Oro y la estrella más mediática que había tenido el FC Barcelona eran motivos de sobra para que la afición del Levante UD olvidase la edad del jugador y empezase a ver la primera división en el horizonte.