José Estal Piñero, más conocido como «Baldomero» (Gilet, 73 años), se emociona cuando habla de Johan Cruyff. Lógico. Son muchos recuerdos y, sobre todo, muchos millones de pesetas. Concretamente, fueron 16 millones los que tuvo que sacar del banco en 1981 para pagar el fichaje del holandés por el Levante UD, entonces en Segunda División. Ahora, 35 años después, en el bar Arema de Albalat dels Tarongers „donde compartió mesa y mantel con el «Flaco»„, Baldomero insiste: «Yo traje a Cruyff».

Le costó lo suyo. «En 1980 la directiva del Levante UD vino a buscarme. Era constructor de pistas de tenis y querían que les construyese el Club de Tenis. Lo hice por 27 millones. Nunca nadie me los pagó. Con mi abogado, Juan García Botella, vi que lo mejor para recuperar el dinero era entrar en el club», explica Baldomero. «Poco después, en una reunión de la directiva, Paco Aznar, el presidente, dijo que existía la posibilidad de traer a Cruyff gracias a la intermediación de José Luis Rodríguez, un empresario del Port de Sagunt. Me quedé con la boca abierta, pero les dije que adelante. ´Si hay que traerlo se trae´. Los contables del club pensaban que con más gente en el campo y el equipo en Primera se resolverían todos los problemas económicos», aclara el constructor.

Sin embargo, el Levante UD bordeaba entonces la ruina y la plantilla acumulaba meses sin cobrar. Para que la Federación Valenciana aprobase la incorporación de Cruyff, Baldomero abonó doce millones a la Federación para sanear las cuentas granotes. «Pagué un talón de ocho millones y cuatro en metálico para que mi mujer no se enterase. Yo tenía entonces muchos millones. Con eso ya nos dejaban traer a Cruyff», prosigue. «Pagué los billetes a Amsterdam a Aznar y dos directivos. Desde allí me llamaron. Había acuerdo con Cruyff pero había un inconveniente: ´Cruyff no firma si no le damos cuatro millones´. Di el visto bueno, pero se los pagaría en mano, aquí, cuando viniese», rememora.

Aquello le causó los primeros problemas con Cor Coster, suegro y representante del futbolista. «Con lo listo que era, Cruyff fue engañado por el Levante UD. Le firmé cien acciones del Club de Tenis, que no ejecutó, y tenía que cobrar un millón por partido. Pero sólo cobró dos o tres. No había dinero. El suegro de Cruyff vio que iba mucha gente al estadio y pidió la recaudación de la taquilla, pero ese dinero lo tenía yo embargado. Dicen que me cogió del cuello, no fue para tanto. Pero sí, se llevó la bolsa del dinero. En los partidos fuera de casa, la directiva del Levante UD le pedía al rival que, si querían que jugase Cruyff, pagasen ellos lo que costaba. Él se enteró de eso y no le gustó nada. Eso pasó en Granada, pero Cruyff jugó allí el mejor partido de fútbol que yo jamás he visto. Perdimos 1-0», indica.

Baldomero asevera que aquella temporada no se logró el ascenso porque la plantilla se opuso a Cruyff. Aquella situación derivó en el despido del entrenador, Pachín, para fichar a Rifé debido a una petición expresa de Cruyff. «Nos dijo que, o venía Rifé o él dejaba de jugar. ´Quimet´ quería siete millones y los pagó José Manuel Llaneza, durante una comida en Monte Picayo», apunta el empresario valenciano. Sólo media temporada después y sin ascenso, Cruyff se marchó sin pena ni gloria. «Lo volvería a fichar. A Cruyff sí», zanja Baldomero.