Elche siempre estuvo ahí. Y Alicante. Desde el principio. El origen del fútbol en aquella zona se viene datando en 1900, de la mano de unos cuantos marineros ingleses y escoceses, cómo no, justo al lado de las playas ilicitanas que envuelven el término de Santa Pola. En marzo de 1911 Lucentum y Llevant FC disputaron, a beneficio de la Casa de la Caridad, un derbi que despertó gran expectación en el estadio diseñado para la Exposición de 1909. En aquel año fundacional ya se habían visto las caras Natación de Alicante y FC Cabanyal, con su denominación pre-levantina en seniors, y ya como Llevant FC en juveniles. El Elche, como club, llegó más tarde, pero desde que se fundó en 1922, estuvo omnipresente, como el Castellón. Con los orelluts el partido solía terminar con la tradicional práctica de «fer arca». Con los ilicitanos, tal vez por aquello de que el desplazamiento era más largo, había más indulgencia, aquí o allá. Pero siempre fueron derbys de alto voltaje.
Yo viajé al Nou Altabix con la penya el Polp en el año 81. Hoy habrá 300 granotes en la grada; entonces éramos aún más, estábamos mezclados con la afición franjiverde y me sorprendió que nos llevárabamos tan bien. Todos hablábamos valenciano. La última vez que fui, en 2009-10, ya costaba escucharlo. Un drama que se da en cualquier rincón de nuestra tierra y, sin embargo, hay quien dice que el castellano, en Valencia, está en peligro. De psiquiatra. Yo tenía once años en el 81 y salí del estadio con un cabreo monumental. El Elche nos dio un baño, pero estuvimos dentro del partido hasta el 88´, cuando Terry, un carcaixentí con nombre de capitán de Inglaterra, y de carajillo de ídem, mató el partido (2-0). Tendemos, cuentan, a idealizar los recuerdos de la infancia. Tal vez ese sea el motivo por el cual el Nou Altabix, inaugurado en 1976, me pareció Maracaná, también por el ambientazo. El Llevant llegaba líder y el Elche, con la victoria, se nos pondría a un punto.
Pese a su problemática societaria -en vía de solución, gracias a la intervención de Manuel Illueca, director del IVF y granota ilustre-, el Elche ha iniciado la campaña confirmándose como aspirante al ascenso. Ha querido el destino que Llevant y Elche ocupen idénticas posiciones en la tabla que antes de aquel derby de 1981, líder y séptimo, respectivamente. Esperemos que ahí acaben las similitudes. Aquel año el equipo dio un rendimiento muy superior al esperado hasta que la llegada de Cruyff motivó un tsunami que frustó nuestros sueños. Éste, el Llevant ha construído un equipo para ascender. Tras la derrota en Córdoba, el Sevilla Atlético fue un hueso, roído con paciencia. Muñiz adaptó el equipo a las exigencias del rival y blindó la defensa.
Solo el árbitro, muy permisivo con el juego al límite del rival, y la falta de acierto, privaron al Llevant de una victoria más dulce. En la ciudad del palmeral y el Misteri el Llevant, probablemente, volverá a llevar la iniciativa, a tener la posesión, a recuperar el acierto y a traerse los puntos a Orriols. Y a partir de mañana, molt Elx!
