Más allá de la entrega de la copa de campeones y la vuelta de honor al estadio, la fiesta del sábado tras el partido ante el Huesca dejó una imagen reveladora. Antes de enfilar el túnel de vestuarios, en el córner más cercano al «Raconet» de Raimon, la plantilla azulgrana manteó a Víctor Casadesús.

Fue un guiño de despedida al que ha sido uno de los capitanes esta temporada puesto que, ante la finalización de su contrato el próximo 30 de junio, no tiene sobre la mesa una oferta del club para renovar.

El delantero balear aterrizó en València en 2014 de la mano de Joaquín Caparrós, que ya lo había dirigido en el Mallorca. En estas dos últimas temporadas y media, Casadesús ha jugado 94 partidos y ha marcado 14 goles y ha aportado un salto de calidad al equipo.