Al Levante UD le siguen saliendo las cuentas. Incluso después de la breve travesía por el desierto de la Segunda División. El consejo de administración del club azulgrana se reunió ayer en el estadio Ciutat de València para, entre otras cosas, perfilar los detalles de la próxima junta ordinaria de accionistas, prevista para diciembre, en la que se expondrá el balance económico de la entidad de Orriols.

Está previsto que la directiva levantinista presente unos beneficios brutos (antes de impuestos) de cerca de 3,5 millones de euros después de la temporada 2016-2017, tal como avanzó Radio Valencia. Así, pese a que en la pasada junta se aprobó la previsión de unos beneficios de 1,8 millones, los números han sido finalmente más favorables de lo esperado y los ingresos han aumentado.

Uno de los motivos de este aumento en los beneficios se debe al traspaso de Víctor Camarasa (se computó en el pasado ejercicio). El 70% de los derechos del jugador fueron vendidos al Betis por 7 millones de euros.

Con todo ello, el Levante UD maneja ahora una deuda de alrededor de 20 millones de euros, de la que el 70% está aplazada a 15 años. El club podrá pagar el próximo verano los 5 millones de euros del crédito subordinado del concurso de acreedores.

Para la campaña 2017-2018 se espera el presupuesto más elevado de la historia del club, unos 60 millones, gracias a los nuevos ingresos por los derechos audiovisuales.