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Paciencia

Paciencia

En estado catatónico, sin respuestas, y con demasiadas preguntas sin responder. Este es el bucle en el que vive instalado el Levante desde hace semanas; ávido de puntos, buscando recuperar la autoestima perdida, pero a su vez paralizado por las crecientes dudas que comienza a suscitar la planificación deportiva, la inversión en fichajes frustrantes, y la incesante plaga de lesiones.

Parece haberse convertido en víctima de ello Muñiz, cuyo enorme crédito acumulado durante la temporada pasada empieza a disolverse de forma efervescente, ante la evidente inoperancia en el juego colectivo, y el desplome del modelo configurado durante el pasado curso.

Parte del mito construido en torno a la figura del técnico granota, comenzó a desmoronarse tras la lección impartida por el maestro Simeone la pasada semana en el Ciutat, poniendo en evidencia el alud de carencias, y la escasez de certezas que comienza a cronificarse en el conjunto azulgrana.

A día de hoy, todo el esquema de juego está en cuestión: desde la portería, pasando por los laterales, el eje de la zaga, el mediocampo, y cómo no, el delantero. En definitiva, uno de los pilares sobre los que se cimentaba la confianza de la grada en el proyecto deportivo, ha comenzado a ceder, y es la existencia de un bloque consolidado, bajo la batuta de un entrenador incuestionable, que en la actualidad ha dejado de serlo.

Esperemos que sea algo pasajero. Los sucesivos tropiezos han colocado al club de Orriols en una posición difícil, con un calendario exigente en el horizonte más cercano que, a buen seguro, pondrá a prueba el temple y la paciencia de la hinchada. Un alzamiento popular de la grada sería más que inoportuno.

A pesar de los incontestables errores cometidos por la dirección deportiva en los últimos tiempos, estamos en sus manos para corregir el rumbo errado en el próximo mercado de fichajes.

El margen de la confianza ya ha comenzado a estrecharse, y el tiempo corre en contra de los intereses levantinistas. Tras incontables tropiezos, las altas que se produzcan en enero deben sumar de forma significativa y clara, y de este modo, dar coherencia al relato de éxito económico que protagonizará la próxima Junta General de Accionistas.

La estabilización financiera, y el crecimiento económico de la entidad, son aspectos que, desde el prisma de la gestión empresarial, merecen un sobresaliente sin matices. No obstante, el objeto social de un club de fútbol, debe de ser ante todo, la progresión en la faceta deportiva, la cual da sentido a su existencia.

La posición en la tabla medirá las pulsaciones del aficionado en las próximas semanas. En el largo plazo, el tránsito de la escasez a la bonanza se convertirá en el nuevo listón a superar.

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