El Levante UD ha perdido esta mañana en Orriols y sigue asomado al balcón de los puestos de descenso en el final de la primera vuelta de la Liga. El equipo de Muñiz ha caído esta mañana ante el Celta después de una mala primera parte y una segunda cargada de épica en la que Boateng, Morales y al final Coke han desperdiciado ocasiones muy claras, al menos para conseguir el empate. La falta de gol ha vuelto a lastrar a los azulgrana, que no han conseguido remontar el tanto de Sisto en la primera mitad. Una derrota preocupante a la que Orriols ha contestado con aplausos de ánimo a los suyos.

Poca historia tuvo la primera parte. El Levante UD arrancó el encuentro espoleado por su afición, deseosa de empujar a los suyos hacia el triunfo y pasar página después del último varapalo en la Copa. Con ello, el equipo azulgrana empezó intenso, con más voluntad que ideas. Muñiz dio entrada a jugadores como Róber, Ivi, Coke o Boateng, que no entraban en las quinielas, como pequeña revolución en el once. Futbolistas como Bardhi y Jason se quedaron en el banquillo.

Superados los primeros minutos, en los que el Levante UD mandó sobre el campo, aunque sólo fuese por intensidad, el partido se equilibró. Boateng, con un remate de cabeza algo forzado que Rubén tuvo que despejar a córner con una estirada, fue el único que se acercó al gol.

Poco a poco, el Celta anestesió la mañana con posesiones tan largas como estériles. Pione Sisto, en la banda izquierda, se convirtió en el catalizador dle juego vigués, muy horizontal pero suficiente para neutralizar al Levante UD. Las camisetas azulgrana corrían detrás del balón. Detrás de sombras. Y siempre llegaban tarde.

El paso de los minutos, inocuos, hizo del partido una prueba de resistencia. Sin ocasiones, sin apenas juego, con poco ambiente en la grada (excepto Levante Fans), el encuentro se hizo aburrido. Fue una trampa. En cuanto el Levante UD dio un paso al frente en busca del gol, el Celta le complicó las cosas. Así, pasada la media hora, una buena jugada ofensiva de los granotes por la banda derecha que terminó en un centro sin consecuencias de Coke fue el origen del 0-1. Los de Muñiz no replegaron bien, Lerma no tapó a Aspas y el gallego combinó con Sisto en una contra tan rápida como letal que concluyó con Sisto batiendo a placer a Oier.

El enésimo golpe que el Levante UD recibe esta temporada en casa, con un Orriols resignado que arrancó a aplaudir para sujetar a sus futbolistas, tocados moralmente y que fueron incapaces de igualar la contienda hasta la llegada del descanso. El Celta seguía jugando a un ritmo bajo pero inalcanzable para los granotes.

En el paso por vestuarios, Muññiz retiró a Campaña, uno de los "intocables", y dio entrada a Jason. Eso dio un vuelco al equipo. Morales pasó a acompañar a Boateng en la delantera y Lerma y Doukouré ocuparon el centro del campo. En apenas unos minutos, dos centros peligrosos desde la banda derecha que no encontraron rematador y un despeje de Hernández que casi acaba en gol en propia puerta animaron el choque. Había esperanza.

En el 56, un buen cambio de orientación de Lerma lo bajó con el pecho Ivi, que asistió a Luna para que centrara cerca de la línea de fondo. Su centro llegó a Boateng, que desde el corazón del área remató ante la media salida de Rubén Blanco. El meta del Celta sacó el empate con una parada de reflejos, con su pierna izquierda, cuando ya se cantaba el empate del Levante UD.

El encuentro se volvió a encallar por unos minutos, con el Levante UD desatado en ataque pero sin acabar de concretar ocasiones y el Celta, algo frío, sin recuperar el dominio del juego. En una contra, con el partido a punto de romperse, Jason dejó a Morales solo en el área, mano a mano con Rubén. El "comandante", sin embargo, cruzó demasiado el balón, que se marchó pegado al palo izquierdo de los gallegos. De nuevo, Orriols, lejos de enfadarse con los suyos, aplaudió para mantener el ánimo del equipo levantinista.

El Levante UD comenzó a acusar el cansancio. Dio un paso atrás mientras los de Unzué, con Radoja en el campo, ganaban terreno gracias, otra vez, a posesiones largas. Aún así, la mejor ocasión del Levante UD, a poco más de diez minutos para el 90 fue de Boateng. El ghanés saltó bien ante un centro colgado desde la izquierda y pudo conectar un buen remate de cabeza entre dos defensas celestes. El balón se marchó cerca del palo ante otro suspiro del Ciutat, que veía que el partido se escapaba. Muñiz sacó a Nano por Ivi y a Bardhi por Doukouré, prácticamente a la desesperada.

A falta de cinco para el final, Luna avanzó metros por la banda izquierda y sacó otro buen centro al segundo palo. Tras el fallo de la defensa, Boateng, sólo en el segundo palo, remató de primeras con todo favor para anotar el empate. Pero el delantero africano sigue negado y el esférico se fue fuera ante la incredulidad de los aficionados.

Mayor fue esta en el tiempo añadido, cuando un centro de Morales llegó a Coke, también solo en el segundo palo. El madrileño recortó antes de disparar a bocajarro y su balón se fue alto. Fue la última ocasión para un Levante UD que clama por un delantero.