A falta de media hora para el final y con 2-0 en el marcador, Muñiz llamó a Roger Martí. El delantero valenciano, que acumulaba ocho meses sin estar convocado y seis sin vestirse de corto por una rotura del ligamento cruzado de la rodilla el pasado mes de julio, volvió a sentirse futbolista.

Con el 9 a la espalda, Roger saltó al campo y recuperó su sitio, en el corazón del área, medio año después. En su primer contacto con el balón se inventó un taconazo para asistir a Luna en el área en una jugada que acabó sin consecuencias.

Las ganas del atacante granota, todavía algo falto de chispa y de ritmo de competición, se contagiaron entre sus compañeros, resignados ante una nueva derrota. Por eso, cuando el colegiado señaló penalti en el último instante del partido, Morales mandó que lo tirara él. El gol no valió para sumar puntos pero sí para reforzar la moral de Roger, que con el partido acabado dejó caer alguna lágrima.

«Ha sido una pena esta lesión, pero ya estoy recuperado y con ganas de que este gol sea el primero de muchos para ayudar al equipo», decía Roger todavía sobre el terreno de juego.

«En lo personal es un momento muy bonito, después de seis meses de lucha llega algo de recompensa, pero hubiese preferido los tres puntos. Ahora hay que pensar en el siguiente partido. Siento emoción, muchas ganas, es un cúmulo de todo», explicó tras el paso por las ducha. «Quiero estar al nivel de antes de lesionarme. Confío en los que estamos, estamos en una situación delicada pero seguimos fuera del descenso. Estamos jodidos, pero no agobiados, queremos cambiar la situación. El partido de A Coruña es muy importante porque es un rival que pelea por lo mismo que nosotros. Necesitamos una victoria para salir de ahí abajo», concluyó el delantero granota.