El Levante cavó un poco más su tumba. Y la de Muñiz. Tras una lamentable segunda parte, el equipo azulgrana sucumbió víctima de sus habituales errores u horrores. El Betis se paseó por el Ciutat de València y la afición estalló harta de ver esperpentos como el de ayer. Pañuelos, pitos dirigidos hacia los jugadores y al palco.. Descomposición de un equipo que camina hacia el precipicio.

El equipo granota fue la imagen de una planificación horrorosa en verano y los parches del mercado de invierno no invitan al optimismo. Por eso el técnico asturiano no es el único culpable, aunque tiene bastante que ver, pero la dirección deportiva no puede salir indemne. Si supo armar una gran plantilla en Segunda División ahora ha sido incapaz de montar un grupo con garantías para mantenerse en Primera.

El Levante está clínicamente muerto. Para el presidente Quico Catalán Muñiz es su entrenador. Después de lo visto anoche, no debería serlo. A esta plantilla, que en la segunda parte le faltó actitud, le hace falta un revulsivo. Cinco meses sin ganar en casa, tres meses sin hacerlo desde que venciera en Las Palmas y una victoria en los últimos 20 partidos son cifras que no son alarmantes, sino lo siguiente.

El Levante aguantó el tipo en el primer tiempo, tuvo sus oportunidades, pero entre la falta de suerte y de acierto el equipo se fue diluyendo poco a poco. Ni Sadiku, ni Roger ni Morales aprovecharon sus ocasiones. Y no parece solo una cuestión de bloqueo mental como mantiene Muñiz, confiado en que todo cambiará cuando vuelvan a ganar. No, esto también es una cuestión de calidad, la que hay que tener en Primera y que esta plantilla no parece atesorarla en la cantidad suficiente para no volver a caer en el pozo.

Muñiz optó por un 4-4-2 en vez de su habitual 4-5-1. Y eso hizo que el Levante renunciara a la elaboración del fútbol. El técnico optó por el músculo de Lerma y Doukouré y dejar a Campaña en el banquillo, no tener el balón y buscar la verticalidad y abastecer a Sadiku y Roger, pareja atacante inédita hasta ayer.

El albanés pudo marcar en el minuto 9 con un disparo raso que evitó Adán con una manopla salvadora, que volvió a sacar para desbaratar el remate de Morales en la siguiente jugada. En el minuto 28, Morales protagonizó una de sus espectaculares carreras por la banda y su pase fue rematado fuera por Roger. En el 43 una volea de Jason se estrelló en Mandi cuando el balón iba camino de la portería bética.

El Betis también pudo marcar por mediación de Mandi y Sergio León. No creó más peligro aunque se hartó de balón, el que le dio el Levante desde el pitido inicial.

Segundo tiempo para olvidar

El segundo tiempo fue para olvidar. Mejor no malgastar mucha tinta. Chema marcó en propia puerta y Sergio León aprovechó un saque directo de Adán para sentenciar a un Levante herido de muerte. Como lo está su entrenador. El lunes salvó una vida, pero no parece que tenga siete como los gatos. Ni dos. Quizás no debería ser el único en coger la puerta.