El entrenador del Levante UD, Juan Ramón López Muñiz, afronta mañana (Ciutat de València, 12 horas) un ultimátum al frente del equipo. Si gana, continúa. Si pierde, será destituído. Si empata, seguramente también será relevado en el cargo. El consejo de administración de la sociedad granota la dio un margen de «vida» de 3 partidos la semana pasada. Ha perdido dos (Betis y Alavés) y le queda el de mañana ante el Espanyol, un encuentro definitivo para la suerte del técnico asturiano, consciente perfectamente de su situación.

El fútbol está condicionado a los resultados y los del Levante UD son horribles. No gana desde hace 14 jornadas, la de su victoria en Las Palmas (0-2). En los siguientes 14 partidos de Liga ha sumado 4 empates (ante Málaga, Sevilla y Deportivo, a domicilio; y ante el Leganés, en casa). Resultado: 4 puntos de 42 disputados. Una victoria, una, en 21 encuentros. Un desastre.

Con esta dinámica calamitosa, Muñiz sobrevive en el banquillo de Orriols avalado por su excelente temporada anterior. Una campaña brillante, en la que demostró una extraordinaria dote para gestionar la plantilla y leer los partidos, que sirvió al Levante UD para volver a Primera con solvencia descarada. A eso, y al prometedor inicio de esta Liga, se han aferrado los responsables del club, tanto el presidente, Quico Catalán, como el director deportivo, Vicente Blanco «Tito». La reunión de principios de la pasada semana se presentó como definitiva para decidir el cese del entrenador. Pero le otorgaron 3 encuentros de margen, que se agotan mañana si el Espanyol gana, o puntúa, en el Ciutat de València.

La tónica del Levante UD en los números es un reflejo de las sensaciones que transmite el equipo, que ha perdido la química de antaño. Las dudas generan más dudas y así sucesivamente, y en esa situación se encuentra Muñiz, que varía las alineaciones sin hallar soluciones. El jueves, ante el Alavés, recuperó a Campaña para el control del juego, con la mala fortuna que tuvo que sustituirlo a la media hora por la expulsión de Chema. Ni eso le sale bien al técnico asturiano, que ayer preparó el partido de mañana a puerta cerrada. Sabe que es su última oportunidad y también lo saben sus futbolistas.

Pese a la caída libre, el Levante UD continúa fuera de la zona de descenso. Está empatado a puntos (20) con el antepenúltimo, Las Palmas. El Deportivo está detrás, con 18, y cierra la tabla el Málaga con 13. El equipo gallego juega hoy en casa ante el Eibar. Si gana, dejaría al Levante UD en descenso antes de recibir al Espanyol.