Paco López está considerado como "Uno de los nuestros" por el levantinismo. Pese a que el de Silla se formó como jugador en el Mestalla, filial del Valencia CF, y la rivalidad existente entre ambos clubes pueda llevar a más de uno a dudar de su pasado, lo bien cierto es que quienes lo conocen de cerca no tienen ninguna duda sobre el actual entrenador del Levante UD. Su gesto a la conclusión del partido del pasado viernes ante el Eibar (2-1) le delata: A la conclusión de la rueda de prensa en el Ciutat, Paco López no pudo reprimirse y cuando todos los periodistas se marchaban a sus distintos menesteres, cogió el micrófono de forma improvisada y soltó: "Macho Levante".

Pero, ¿De dónde viene ese sentido de pertenencia de Paco López al Levante UD?. ¿Hay algo más detrás?. Para responder a esta pregunta debemos remontarnos a la temporada 1994-1995. Esa campaña, con Juande Ramos en el banquillo y el equipo azulgrana en Segunda B, quedó marcada a fuego en aquel delantero escurridizo y goleador que hoy dirige al primer equipo "granota". Fue solo un año, pero desde el 21/6/1995, Paco López tiene una espina clavada y una herida que quiere cerrar 23 años después salvando al equipo del descenso. Aquel fatídico día de junio, el Levante UD se quedó sin ascenso a Segunda división tras perder (2-4) con el Écija en casa tras dejarse remontar los dos goles de ventaja con los que se fue al vestuario.

Cualquier aficionado de Orriols que se precie recordará lo que aquella tarde sucedió. El Levante UD se fue al descanso con dos goles de ventaja, pero encajó cuatro en una nefasta segunda parte que forma parte de la crónica negra de la entidad junto al descenso administrativo y otros episodios de los que no nos queremos acordar. Paco López no acabó el partido. Fue expulsado con roja directa por Orueta Ibarrola a falta de diez minutos para el final. Previamente, el de Silla había marcado los dos goles del Levante UD (minutos 11 y 30), pero sus dos tantos no sirvieron de nada ante los de Juan Ramón, Aguilar, Quino y Casado. Pese a haber anotado los dos goles de su equipo, Paco López se sintió culpable de aquella dolorosa derrota. Nadie le señaló con el dedo, pero al valenciano le afectó mucho aquel episodio que explica en buena medida su fortaleza mental a día de hoy.

Aquella temporada 94-95 Paco López jugó una promoción de ascenso para enmarcar. El entonces delantero del levante UD marcó hasta cuatro goles en los cinco partidos que disputó ante el Pontevedra (1), Numancia (1) y Écija (1). Es cierto que nadie puede reprocharle nada, pero el de Silla tiene grabado a fuego en su cabeza aquel fallido ascenso en el que, además, pidió al entrenador jugar pese a estar lesionado y al riego que llevaba una posible recaída puesto a que no tenía nada firmado con ningún equipo para la siguiente campaña. Paco López fue el mejor futbolista azulgrana en aquella promoción. La estrella del equipo. Y protagonizó una recta final de Liga de escándalo con cinco goles en las tres últimas jornadas del campeonato regular ante el Hospitalet (2), Manlleu (2) y Castellón (1).

Veintitrés años después de la "desfeta" ante el Écija, Paco López quier saldar esa deuda histórica que, pese a que diga que ya está olvidada, aún siente con el Levante UD. El entrenador, que ha logrado recuperar la autoestima de un equipo hundido tras sus dos victorias consecutivas ante el Getafe y el Eibar, tiene la salvación a tiro. Pero sabe mejor que nadie, desde aquella experiencia del año 95 que hasta que el árbitro no pite el final el partido no se ha terminado.