Y apareció Campaña. Un golazo del centrocampista dio al Levante una victoria agónica, tres puntos que no sellan la permanencia pero que le dejan con pie y medio en Primera. Con el Deportivo a ocho puntos más el gol average y con Las Palmas a diez más el coeficiente de goles también a su favor, solo una catástrofe podría abocar al descenso a los azulgranas. Y eso no puede pasar porque el equipo muestra una trayectoria ascendente desde la llegada de Paco López al banquillo. El técnico de Silla ha obrado el milagro: tres victorias -Getafe, Eibar y Las Palmas- y un empate en Girona. Pero además de los brillantes resultados, con ser muy importantes, es significativa la transformación del juego y el estado anímico de una plantilla que se asomaba peligrosamente a la zona oscura de la tabla. Con esos mimbres, el Levante no debe temer nada pese a que ahora vienen curvas en forma de calendario complicado.

El Levante no entró bien al partido. No sé si atenazado por la responsabilidad, Las Palmas estaba mejor asentado en el césped y dio un susto cuando Ezekiel obligó a Oier a realizar una gran intervención. Solo era el minuto 5. Tardó el equipo granota en despertar porque Campaña no estaba fino y se mostraba espeso. Menos mal que Coke, que vive un vía crucis en el lateral izquierdo, vio con claridad el contraataque iniciado por Campaña y Morales para plantarse en el área canaria y batir a Chichizola cuando se cumplía el minuto 35.

Tras el descanso, el partido por momentos se volvió loco. A una ocasión de Morales, Las Palmas respondió con el empate firmado por Dani García en el minuto 49. Ese correcalles solo podía beneficiar a un equipo, el canario, que se había plantado en el Ciutat de València con el lógico objetivo de acribillar al Levante, porque otro resultado que no fuera la victoria le servía de nada o de bien poco. Calleri pudo aniquilar a los azulgrana. El argentino, cualificado artillero, erró un gol de los llamados cantados. Cada llegada del equipo insular al área de Oier ponía a la grada con el corazón en un puño.

El Levante también tuvo sus oportunidades. Roger, en tres ocasiones, y Morales, podían haber evitado que el partido se tuviera que decidir en el descuento, pero estaba escrito que, como no podía ser de otra manera, la victoria tenía que ser épica. Y para que todavía lo fuera más el Levante se quedó con diez jugadores tras la expulsión de Coke. Quedaban cuatro minutos, un mundo porque Las Palmas estaba por la labor de tocar lo que se había subido a las gargantas de los aficionados.

Y llegó Campaña

Pero apareció un majestuoso Campaña para deshacer la igualada en el minuto 91 con un gol de maestro. El delirio en el Ciutat de València. Al monumento que van a erigir a Campaña, que entra en el imaginario levantinista, hay que ir encargando otro a Paco López. No se puede hacer mejor. Es el artífice de este milagro. ¿O no?