El 5-1 al Barça. Algunos aún levantan la ceja cuando lo oyen. Les suena a milonga, pero ocurrió. Paco Fenollosa estaba allí, en Vallejo. Fue el 11 de octubre de 1964. Marcaron Torrents, Wanderley (2) y Serafín (2). El viernes falleció Conchín Marí, esposa del presidente de honor y levantina, como el resto de su familia. Ellos tienen mucha culpa de que otro moncadense ilustre y amigo, José Luis García Nieves, respirara en blaugrana desde apenas antes de andar. La escuadra valenciana lucirá esta noche brazaletes negros por Conchín y también por el hermano de la canterana Paula Cubells. Descansen en paz. Seguro, además, que si se consigue acabar hoy con la invencibilidad del Barça, les dedicarán la victoria. A ellos y a todos los granotes que nos dejaron durante el curso, un bonito detalle del club que ya es tradición.

Habrá pasillo al campeón de Liga. No se lo hizo el Madrid, pero sí el Villarreal. Por mí jamás se le haría ni al Barça ni al Madrid. Más que señorío parece una forma de bendecir el abismo presupuestario que existe entre ellos y el resto y que mengua, sin duda, el mérito de sus éxitos. Queda de papanatas. O de pagafantas. Nos abruman gracias al aberrante reparto de derechos televisivos y a sus privilegios arbitrales y mediáticos y nosotros les aplaudimos. Ellos, en su voracidad sin límites, no tienen tanto miramiento. El miércoles, sin ir más lejos: el Barça ganaba al Villarreal 4-1 y Messi se regodeó en el 90' con una vaselina a Asenjo, después de que le pitaran fuera de juego.

Yo prefería, la verdad, la ceja amenazante de Ballesteros ante el más pintado. Su cuello de toro y sus venas hinchadas frente al poderoso apocado eran pura justicia poética. Hay que morir en cada partido. Y especialmente ante Madrid y Barça. De alguna forma hay que equilibrar el abismo. Sólo es fútbol, sí. Nosotros bien lo sabemos. Ellos no tanto. Por eso no queremos caerles simpáticos. Todo lo contrario. Mejor un 5-1, como en el 64. En todo caso, la victoria, aún por la mínima, sería una guinda perfecta para la reacción del equipo desde que Paco López está al timón.

?Lerma 2022.Se intuía que Morales y el club se entenderían fácil y así ha sido. Mucho más complicado parecía lo de Lerma, un futbolista que, hoy por hoy, sitúa al Llevant en otra dimensión. Además de marcar diferencias sobre el césped es un tipo agradecido y sencillo. Si hace un gran Mundial será casi imposible retenerlo, pero no es menos cierto que Lerma podría ser el puntal para que el club ascienda un escalón más. La entidad ha madurado desde la marcha de Iborra. Tal vez ahora se pueda evitar la venta del cafetero. Es fácil de decir y complicado de hacer, pero que Quico consiga milagros como su renovación permite soñar con cualquier cosa.