El Levante UD empezó ayer unas vacaciones más que merecidas. Después de sorprender al mundo del fútbol con la goleada al Barça y una racha de Champions, el equipo de Paco López cayó derrotado en Vigo, donde desconectó en la segunda parte. Los azulgrana pagaron el hambre de gol del premundialista Iago Aspas y el ritmo bajo de un encuentro en el que sólo estaba en juego la undécima posición. No obstante, nada puede empañar el tramo final de Liga del Levante UD.

Todo apuntaba a otra plácida victoria de los levantinistas cuando, a los once minutos, Rochina colocaba el balón en la escuadra con un impecable zurdazo. El valenciano, uno de los fichajes invernales con menos oportunidades sobre el verde, tardó poco en reivindicarse con un golazo que plasmó su talento. Recibió de Morales en la frontal, de espaldas, amagó con un pase pero controló con el talón para orientarse el esférico antes de, a la media vuelta, disparar con efecto lejos del alcance de Sergio Álvarez, quien no pudo más que acompañar el cuero con la mirada. Un golazo.

El Levante UD, sin el despliegue físico del duelo ante el Barça, estaba a gusto en el campo en esos primeros instantes. Sólido en la retaguardia y con Campaña como centro neurálgico, el equipo estaba dispuesto a correr en cada contragolpe al son de Morales, el alma ofensiva de los granotes.

Sin embargo, el Celta despertó gracias a su calidad. Después de que Morales pecara de egoísta dentro del área, con Jason libre para marcar el segundo, los vigueses reaccionaron liderados por el habilidoso Iago Aspas. El atacante gallego, consciente de la competencia para entrar en la convocatoria mundialista de Lopetegui, quiso cerrar la Liga con un buen sabor de boca. Y acompañado de futbolistas como Wass, Jozabed, Radoja y Maxi Gómez, el delantero comenzó a complicar la existencia de la defensa azulgrana.

En una de sus internadas, Aspas superó a Chema, con algo de fortuna, para dar el pase de la muerte a Maxi Gómez en el corazón del área pequeña. El uruguayo remató a trancas y barrancas y, sobre la línea de gol, Cabaco y Koke se hicieron un lío a la hora de despejar el balón, que al final fue para dentro.

El empate sentó bien al Celta, que se animó pese al escaso ambiente en las gradas. Los de Unzué, que dejará el banquillo vigués, controlaron por completo la posesión y movieron al Levante UD con paciencia pero con ritmo. Aparecieron los espacios y llegaron las ocasiones para los locales. Primero fue Koke el que evitó el tanto con una gran parada a remate de Jozabed y luego fue el larguero el que repelió el chut de Wass. La zaga valenciana estaba desbordada y la segunda diana era cuestión de tiempo.

Llegó al borde del descanso, cuando Jozabed y Aspas trenzaron una doble pared hasta perforar la defensa levantinista. Cabaco vio como el balón pasaba entre sus piernas antes de que Aspas empujara el cuero a placer para consumar la remontada del Celta.

Gol de Aspas y minutos para Fahad

El guión se mantuvo en el inicio de la segunda parte. Todavía con los aficionados regresando a su asiento, Cabaco cometió un grave error en la salida del balón y dejó que Maxi Gómez centrara en solitario para que Aspas, de nuevo, apareciese en el lugar oportuno en el momento oportuno para dar la puntilla al partido con el tercero para los de Balaídos. No fue el día del central uruguayo, que además vio la quinta amarilla y ser perderá la primera jornada de la próxima Liga.

Paco López retiró a Sadiku, desapercibido, y dio entrada a Pazzini, al que le anularon un gol por fuera de juego. Puede que los dos jugaran ayer su último encuentro con la camiseta del Levante UD.

Para entonces, el conjunto de Orriols había desconectado ya y el Celta amplió la distancia con un testarazo de Maxi Gómez que hacía prever un final de partido demasiado largo. Pudo caer el quinto, pero el Levante UD todavía rascó en su orgullo para maquillar el resultado final. Campaña, desde la derecha, asistió bien para Morales para que el Comandante marcara el gol con que se cierra una temporada extraña y dura pero con un final feliz para el Levante UD, ahora ya de vacaciones. Llega el verano y el futuro es más prometedor que nunca.