El Levante continúa el idilio con su entrenador, Paco López, el mago encargado de derribar todos muros. El de esta noche en el Villamarín consistió en neutralizar la superioridad técnica del Betis y lanzar un par de ataques fulgurantes, con sendos goles fabulosos de Roger y de Morales. La clave fue una defensa muy firme con dos líneas de cuatro y, claro, la libertada creativa de Morales.

El arte del buen entrenador consiste en sacar lustre a las virtudes de los futbolistas. Las de Jason, tan desaparecido la pasada campaña, eran estas: el acelerón fulminante por el carril del 8. Allí recibió un pase sencillo de Coke cuando, de repente, el gallego arrancó sin compasión ante Bartra. Ciao. Su control orientado se convirtió en un autopase fantástico. Liquidó a Bastra. Su centro raso desde la línea de fondo solo necesitaba ese goleador instintivo que es Roger Martí, siempre en el sitio adecuado para rematar.

Roger Martí tuvo el honor de marcar el primer gol de la temporada 2018-19 de la LaLiga Santander. También suponía el primer disparo del Levante a puerta, con la inercia en la efectividad del final de la pasada temporada.

El cuadro de Paco López hubo de sufrir mucho para llevar invicto al final de la primera mitad. El Betis hizo gala de su alta calidad para someter al Levante en su campo y apenas permitirle disponer del balón. El equipo de Setién se quedó siempre a medio centímetro del poder rematar su dominio. La segunda parte se presentaba muy larga para el conjunto granota.

Y entonces apareció Morales. El Comandante firmó en la primera jornada una de las jugadas de la temporada. Reocrrió 74 metros. Los reservas granota se llevaban las manos a la cabeza. Algunos béticos incluso llegaron a aplaudir el tanto. Replegado el Levante, Morales emprendió una aventura en solitario en tres cuartos de su propio campo tras un despeje de puños de Oier. Ganó el primer balón de cabeza a Guardado y empezó a correr. Sorteó a William Carbalho con un autopase largo. Llegó raudo desde atrás Bartra sin saber que su intento de arrebatarle la pelota al Comandante se convertiría en otro servicio para la cabalgada de Morales. Quedaba lo mejor. El déficit de oxígeno no existió para él. El recorte a Canales, sublime, precedió el disparo colocado con el exterior del pie derecho ante Pau López. Morales suele marcar este tipo de goles en los que junta todo: resistencia, velocidad, precisión, habilidad y sangre fría. Pero este lo recordarán, él y la hinchada granota, toda la vida.

El 0-2 le dio la confianza definitiva al Levante. El Betis pasó a jugar con dos puntas, Loren y Sanabria. Pero el Levante ya estaba crecido, seguro, convencido de que no se le iba a escapar la victoria, coronada con un tercer gol de Morales.