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OPINIÓN

Quico Catalán 2024

El Llevant juega hoy en Pucela, con el regusto del 0-4 de 2017, en Segunda, y el horroroso 2-6 del domingo en la retina. Y con el levantinismo pendiente de las explicaciones de Catalán para seguir en la presidencia hasta 2024. Nueve años de gestión al mando de un club que en 2009 tenía tantos frentes abiertos es mucho tiempo, son miles de decisiones.

Catalán (o el Llevant de Catalán) ha cometido, en el ámbito deportivo, algunos errores graves: la destitución de Mendibilibar, la continuidad de Alcaraz, mantener a Rubi... El resto, aciertos que han permitido una década en Primera con una sola temporada en Segunda y un ascenso exprés. El mérito es enorme, sobre todo porque se ha conseguido con las limitaciones impuestas por el plan de pago de la deuda. Sobresalen las apuestas por Luis García y Juan Ignacio Martínez, la planificación del retorno 2016-17 o la confianza en Paco López. También sacar lo mejor de Manolo Salvador, que construyó de la nada el mejor Llevant de la historia, y la transición exitosa para sustituirlo por Tito.

En la parcela societaria destaca la gestión económica y la liquidación de la deuda; el 'no' a Sarver, para apostar por un crecimiento sostenible y estable; el incremento de la masa social -con la asignatura pendiente de la fidelización-; y el impulso de las secciones. Quedan asuntos pendientes, como el proceso, siempre aplazado, de democratización: no sólo la venta de un 18% de las acciones de la Fundación a levantinistas de base, sino la implementación de dinámicas elementales de transparencia. También el compromiso con la lengua valenciana (¿para cuándo el himno en vernáculo en el estadio, de nuevo?); la recuperación y puesta en valor de la memoria, la historia y la identidad; o la protección de la propia hinchada, ante desvaríos como los horarios de Tebas.

Quedan pendientes, sostiene Catalán, dos grandes retos: la reforma integral de Orriols y la construcción de la ciudad deportiva de Natzaret. Es el argumento esgrimido para seguir. Sin embargo, en cualquier coyuntura siempre habrá algo pendiente de cerrar y eso será síntoma de que el Llevant sigue con su crecimiento.

No creo que Quico deba continuar para terminar los proyectos en marcha. Debe hacerlo porque es el mejor presidente de la historia del club y porque tanto el Llevant como él tienen, aún, un margen amplio de crecimiento. Sería un desatino desaprovechar este potencial.

La continuidad de Catalán la hubieran podido decidir un amplio número de levantinos, pero desgraciadamente no será así. El colofón perfecto a un proceso de democratización real del club hubiese sido que un 90% de una amplia masa de socios hubiesen refrendado su gestión, pero el mayor de sus errores ha sido no hacer viable esa posibilidad. Ojalá esté en su hoja de ruta para los próximos años: sería el más sólido de todos los proyectos de futuro posibles.

Vicent Duato. Ahir faltà este entranyable i veterà llevantí i companyó de grada. «Este sí que és el meu Llevant!», cridava orgullós quan l'equip s'ho deixava tot en el camp. Descansa en pau, estimat.

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