La junta general ordinaria de accionistas del Levante UD elegirá hoy a Quico Catalán como presidente por 5 años más. Es el único candidato que se presenta al cargo para el que será su tercer mandado como dirigente granota. Catalán había anunciado repetidamente su intención de no estar más de dos mandatos al frente del club, pero hace apenas 2 meses cambió su postura y se mostró dispuesto a estar al frente de la entidad otros 4 años. Así que, como mínimo, completará 12 años como presidente.

El club presenta hoy el proyecto de la nueva cubierta, cuyas obras comenzarán en abril, que cubrirá casi todo el estadio. La idea es aumentar el aforo en 1.600 localidades hasta llegar a 26.300 plazas (con una fila de asientos por debajo justo de la cubierta). El presupuesto de esta primera fase de remodelación del estadio es de 10 millones.

Quico Catalán llegó a la presidencia del Levante UD en 2010 al recibir la llamada de los administradores concursales que gestionaban el concurso de acreedores del club. Ese año, con la entidad esquilmada por las deudas, con el objetivo de no descender a Segunda B, el club dio la sorpresa y consiguió el cuarto ascenso de su historia a Primera División. Bajo su presidencia se ha vivido la primera experiencia del club en Europa, el descenso de la temporada 2015-16, y el ascenso de hace dos temporadas. Hoy el Levante UD, con Paco López en el banquillo, vive plácidamente en la zona media-alta de la clasificación, cercando los puestos europeos. Eso no es lo más importante. Más transcendente es la situación global del club: con las cuentas saneadas, la deuda casi disuelta, una masa social duplicada y una ciudad deportiva en proyecto en Natzaret.

El Levante UD convocó el 20 de noviembre la junta después de que el presidente Quico Catalán decidiera adelantar un año las elecciones. Al ser Catalán el único aspirante, será reelegido con el voto a favor de la Fundación Levante «Cent Anys», que domina el 70 por ciento aproximadamente de las acciones del club y que en la reunión del pasado lunes decidió prologar la continuidad del actual presidente.

El presupuesto de ingresos para el presente ejercicio, sin contar la venta de jugadores, asciende a 55,6 millones de euros, de los que 47,8 provienen de los derechos de televisión. El club presentará un superávit de 5,7 millones después de impuestos para el cierre del curso 2018-19.

Entre otras cifras, el Levante UD ya adelantó en noviembre que los beneficios procedentes del traspaso de jugadores se eleva a 29,2 millones de euros. De este modo, la sociedad granota presenta un presupuesto de ingresos récord, ya que estará cercano a los 85 millones. La venta de Lerma al Bournemouth por esa cifra ha terminado de oxigenar las cuentas del Levante UD.

Además, se someterá a examen el resultado económico de la temporada 2017-18, que arrojó un beneficio de 3,1 millones después de impuestos, unos 400.000 euros más que en el curso anterior. En la junta también se someterá a votación de los accionistas la incorporación de cinco nuevos consejeros: Juan José Alabau, Marisa Blay, José Danvila, Braulio Pastor y Pablo Sánchez. El actual consejo de administración del Levante está formado actualmente por siete consejeros y el presidente.

La novedad es la entrada en el consejo de Marisa Blay, aficionada del club, de 69 años, y presidenta de la peña Dones Agustinet. Tomará el testigo de Mariam Villarroel, hija del expropietario del club, Pedro Villarroel, y de Ana Serna, hija del que fuese dueño de forma fugaz, Jesús Serna, para ser la tercera mujer en el consejo de administración. Dolores Escamilla no fue consejera, pero sí la directora general del Levante UD femenino durante muchos años.