¿Y si hoy antes de la medianoche el Llevant está en cuartos de Copa, tras eliminar al Barça? Se deberían dar todas las variables a favor: que los granota estén tan serios o más en defensa como ante el Atleti, que el Barça y sus futbolistas no tengan el día, que Morales y Boateng lleven a la red unas cuantas (también vale que de carambola el Barça se las meta en propia puerta), que Aitor haga el partido de su vida, que el árbitro no se incline, ni en sutilezas ni en cosas mayores, del lado del poderoso, etcétera. Y aún así será un encuentro de infarto, porque no pasar es un fracaso mayúsculo para los culés y toda su artillería está dispuesta a evitarlo.
El Llevant tampoco es un equipo de cojos. Tiene orgullo, talento, hambre de éxito y unos cuantos futbolistas que en un momento dado, con la eliminatoria abierta, pueden cambiar el curso de la historia. Y tiene un entrenador que cree en la rebeldía del humilde porque se ha criado en los escalones de cemento de Orriols y sabe lo que es soñar despierto. Es el líder perfecto para firmar un episodio inolvidable como el de hoy, si el que acaba en el bombo es el Llevant.
Hará falta fortuna también. El Barça la tuvo toda de cara en la ida. ¿Por qué no va a pasar hoy al contrario?
El Barcelona nos ha arrollado unas cuantas veces, pero en este siglo XXI el Llevant le puso las peras al cuarto en un par de ocasiones. En vísperas de la Navidad de 2004, se marcó un encuentro imperial: Rivera en una contra marcó el 1-2, pero el árbitro lo anuló injustamente. En el 86' Etoo hizo el 2-1 definitivo. En enero del mismo año el Llevant, aún en Segunda, saltó al Nou Camp a hacer valer el 1-0 de la ida para pasar a cuartos, como hoy. El trencilla lo impidió, al anular mal un gol a Congo.
Fortuna, arbitrajes y variables al margen, el fútbol nos debe ésta para compensar ambos fiascos. Entonces los granota creyeron que pasarían 50 años hasta que volviesen a disponer de otro billete a la gloria. Afortunadamente no ha sido así y hoy la ilusión sigue muy viva, tras el partidazo de la ida. Si el Llevant se vuelve a quedar en puertas que no sea por mala fortuna o por un árbitro parcial.
