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Ellos son muchos, nosotros somos uno

Ellos son muchos, nosotros somos uno

Al levantinismo no le hacen falta grandes arengas para entender lo que está sucediendo y saber que llegó el momento justo de dejar cualquier consideración a un lado y rugir. Son 110 años de supervivencia en estado puro, de enseñanzas en la más cruel adversidad. Sí, el yunque de Paco Gandia fue nuestra universidad de la vida. En la Platgeta, en la Creu, en Vallejo o en Orriols supimos entender que todos pasan y nosotros quedamos, que hoy es un día para ser las piernas y las alas de los once que salten al césped; para hacerles sentir, si aun no lo sabían, que este club nunca se rinde. No somos himnos a cappella, ni señorío ni bufandas al viento. Somos otra cosa: indestructibles, inasequibles al desaliento, incapaces de no ser más fuertes cuando peor vienen dadas.

Por eso en un Ciutat hasta la bandera todos, del más crítico al más condescendiente, arrimarán el hombro para vencer al Huesca. Las 30 jornadas anteriores son ya papel que amarillea. Hoy empieza otra competición de ocho partidos en la que el Llevant debe ser campeón, porque parte con 3 puntos de ventaja y porque sí. Sobre todo porque sí. Hoy se inicia el futuro. Hoy empezamos a conmemorar que en septiembre de 2019 cumpliremos 110 años y que, por supuesto, lo vamos a celebrar en Primera.

Todos tenemos mil querellas, filias y fobias con el equipo, el cuerpo técnico, el club o el consejo y desde aquí siempre aplaudiremos la existencia de una masa crítica granota, que es la mejor garantía de futuro para el Llevant. Pero hoy sólo importa la victoria. Es imprescindible y todos debemos estar a la altura de lo que, para bien o para mal, somos: levantinos. Olvidemos a nuestros enemigos, por el momento. Muchos nos quieren en Segunda. Ante eso nuestra arma más poderosa no es ser muchos ni ser más. Es ser uno.

El futbolista 23. Entre 20.000 almas debe haber alguien, por mera estadística, que no alcance a comprender la trascendencia de lo que hoy está en juego, aunque no lo creo. Tal vez haya quien se atreva a silbar a Jason, que probablemente hoy volverá a ser titular. Se equivocará: el partido de hoy es una emergencia y los futbolistas que salten a Orriols son soldados al servicio de una causa, todos nuestros, del primero al último.

Me ha parecido sensato que no pisara Orriols de corto desde que se supo que cruzará la acequia. Conflictivizar el entorno hubiese sido contraproducente. En Mendizorroza, justo después de la filtración, el gallego disputó su peor partido como levantino. Por nerviosismo o por lo que sea su actitud fue impropia; pero en Bilbao, pese a su despiste en el 1-0, volvió a mostrar que sus prestaciones están muy por encima de cualquier otro que pise ese carril. Y su actitud fue la de siempre, la de un tipo comprometido y enchufado que seguro que se va a dejar la piel para tratar de edulcorar su marcha, tras siete años de blaugrana.

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