Decir adiós nunca es fácil, más si lo haces delante de un público que te ha visto crecer durante los últimos ocho años. Rodeado de sus compañeros, aficionados y familia, el capitán Pedro López dijo ayer su adiós definitivo a la entidad granota y lo hacía como todo profesional quiere, sobre el césped de su estadio y disputando el partido como titular. Tras un encuentro en el que el resultado nunca fue lo importante, la afición levantinista, entregada, no dejó de ovacionar y corear la figura de un hombre único. López, como jugador granota, ha sufrido como el que más el castigo del descenso, pero también ha regalado grandes servicios a la entidad, el último el pasado domingo en el gran centro que permitía a Morales poner el 1-1 en el encuentro salvador frente al Girona.

Desde un inicio marcado por el homenaje a Sonia Prim, capitana del Levante Femenino que tras trece años vistiendo la elástica azulgrana ha decidido colgar las botas a sus 34 años, la fiesta en Orriols fue continua. Primero con fuertes aplausos para cada uno de los jugadores en la presentación y después con un sentido minuto 19, ese que suele indicar el momento cumbre de cada partido, pero que estaba vez era dedicado a Pedro López para agradecer su entrega al escudo.

Los minutos pasaron, pero los más de 20.000 levantinistas que llenaban las gradas del Ciutat de València no dejaron de celebrar que, una temporada más, serán equipo de Primera División. Y los goles de Cabaco y Róger solo aumentaban la celebración. Entre gritos y alegría, llegarían las tradicionales «olas» por todo el estadio, un ánimo que no se vendría abajo ni siquiera con los tantos del empate rojiblanco.

Pero de nuevo el estadio rompería en vítores hacia su capitán, ese que dejaba el terreno de juego por última vez a falta de quince minutos para el final para que entrara otra figura como Morales. Era el momento álgido de un partido que acababa con tablas en el marcador, pero que no se olvidaría fácilmente en la retina de unos aficionados que no dejaban su asiento para despedir, como se merecían, a sus jugadores.

De uno en uno, cada uno de ellos salía al campo por última vez este año para recibir su ovación. Que hubieran jugado más o menos durante la temporada daba igual, los aplausos retumbaban hasta la llegada del protagonista, de Pedro López, que recibía una camiseta conmemorativa y era manteado por todos sus compañeros. Su «me voy como un levantinista más» y «este será un día que no voy a olvidar nunca», rodeado de sus más cercanos, ponía el broche de oro final a su carrera como granota. Después solo quedaba dar una vuelta al estadio junto al resto de la plantilla para agradecer a los que siempre han estado ahí durante la temporada: la afición.

Una campaña para aprender

Ya después del encuentro, el entrenador del Levante, Paco López,

valoró esta temporada como una «de la que tenemos mucho que aprender y muchas conclusiones que sacar», señalando que pese a tener «obstáculos y dificultades» durante el año, también «hay que reconocer todo lo que ha hecho este equipo», entre ello, lograr la permanencia. Asimismo, el técnico destacó que no habían merecido por su juego «pasar por los apuros que hemos pasado» durante la temporada y quiso dar las gracias a la afición granota por todo su apoyo.

Por su parte Koke Vegas, debutante esta temporada como meta levantinista, también se mostró «ilusionado» por haber debutado en el Ciutat de València. «Trabajo como uno más para dar mayor competitividad a la portería y al final ese trabajo ha dado sus frutos hoy», recalcó el portero.