Día de abrazos, de despedidas y de mirar al pasado y también al fututo para poner el broche de oro a una temporada más. Ayer en Orriols, pese al empate a dos frente al Atlético de Madrid, lo que menos importó fue el resultado. Se iba del equipo su capitán, ese que ha defendido la elástica granota durante ocho temporadas y que la afición no dudó en ovacionar durante todo el partido. Los goles de Cabaco y Róger podían haberse convertido en el mejor adiós para Pedro López, pero dos zarpazos aislados de un siempre peligroso Atlético -los de Rodri y Sergio Camello- lo evitaron en el tramo final de un encuentro en el que los colchoneros sufrieron mucho para romper la férrea defensa levantinista.

Desde el principio, los pupilos de Paco López, ya sin presión, demostraron con su entrega que querían despedir esta temporada de la mejor manera. Con futbolistas no tan habituales en el once como Dwamena, Luna o el meta Koke Vegas, el Levante entró en el campo de la mejor manera, con gol. Tras un córner servido por Campaña, Vezo dejaba de cabeza para que Cabaco pusiera el 1-0 en el marcador. Era solo el minuto seis del encuentro, pero la euforia se desataba en el coliseo granota.

Pese a algunas ocasiones del Atlético que la zaga levantinista y un gran Koke desbarataban sin ningún problema, el partido comenzó a tranquilizarse y la falta de claridad se adueñó del juego. Solo un cabezazo de Godín en un saque de esquina que acabó estrellándose en el palo pudo inquietar a un conjunto granota que se mostraba confiado en la victoria. Así, en este esfuerzo, llegaría el segundo tanto azulgrana, gracias a un buen robo en la frontal del torrentino Róger que anotaba su decimotercer gol de la temporada. La ventaja estaba ya hecha y, con ella, se llegaba al descanso.

Estas circunstacias llamaban a que iba a ser un día grande en el Ciutat de València y mejor se puso el encuentro al comienzo del segundo tiempo con la expulsión de Ángel Correa por una patada sin justificación a Chema. Sin embargo, tener un jugador más no dio ventaja al Levante, sino que hizo que el Atlético se conectara de nuevo al partido.

Dos zarpazos y remontada

Poco a poco, los de Simeone volvieron a generar peligro y, después de una falta peligrosa que Griezmann entrellaba contra la barrera, Rodri desde la frontal disparaba un misil que se colaba por la escuadra derecha de la portería. El 2-1 había llegado, pero los levantinistas no se desanimaban.

Un participativo Moses -que había entrado en el campo en sustitución de Luna- y Dwamena crearon peligro en la meta de Adán. No obstante, cuando solo faltaban diez minutos para el final, el canterano Sergio Camello aprovechaba los malos rechaces de la zaga granota para igualar el encuentro (2-2).

De aquí al final, solo un balón de Róger al larguero inquietaría en algo el área rojiblanca antes del pitido final. Las tablas se confirmaban sobre el césped, pero no importaban para un equipo que ya había logrado el objetivo y que despedía a Pedro López como un capitán se merece, a lo grande.