Dice el refrán que todo lo que empieza se acaba. Refrán acertado, claro. Eso es lo que ha pasado en en el futbol español de Primera división. Con la jornada de este fin de semana ha tocado a su fin. Tanto Valencia como Levante han cumplido las expectativas que se habían hecho al principio de la misma. Para uno era entrar en Champions y para el otro mantener la categoría. Los dos lo han conseguido, pero sufriendo de lo lindo.
Si hacemos un repaso a la temporada, nadie podía pensar que iba a pasar lo que ha pasado. Que el Valencia esté donde quería estar, cuarto en la liga con un comienzo fatal. En la jornada 12 contaba con 14 puntos, a cuatro del descenso y por lo tanto mirando más la parte baja que los lugares altos. Buscaba sacar puntos para alejarse de la zona caliente de la tabla, pero no lo conseguía a pesar de que en esa jornada ganaba en Getafe cero a uno y daba un respiro.
El Levante comenzó mejor, tenía diecisiete puntos, tres más que el Valencia, y había perdido en casa frente a la Real Sociedad, 1-3. De cualquier forma pronto llegó a los treinta puntos, jornada veinticuatro. Todos pensaban, yo incluido, que 12 puntos más dejaban sentenciada la liga y sin muchos problemas un año más en Primera. Todo lo contrario.
Una vez pasada la primera vuelta, todo cambió. Comenzaron los dos con los mismos puntos, pero mientras el Valencia empezó a ganar encuentros, tantos como para llegar al último partido de la temporada con opciones y las supo aprovechar, el Levante, todo lo contrario, los 12 que le pedíamos todos no los conseguía, se complicaban los partidos, todos a sufrir y menos mal que al final con mucho sudor y más lagrimas, de emoción, se consiguió el objetivo.
Esto demuestra que una temporada es muy larga y que por algo se llama el torneo de la regularidad. Hay que mantener el tipo de principio a fin para andar tranquilos. Ahora a preparar la próxima campaña. El trabajo está en los despachos y con los técnicos a buscar lo mejor. Esto por parte del Levante. El Valencia aún tiene la final de Copa del próximo sábado. Hay que prepararla a tope para intentar traérsela para casa.
