Hace un año y tres meses, el banquillo del Levante UD cambiaba de dueño. Tras quince jornadas sin ganar y con solo un punto de margen con el descenso que marcaba en aquel momento la UD Las Palmas, Tito decidía poner fin a la etapa de Juan Ramón López Muñiz al frente del equipo granota y apostar por el entrenador del filial. Las dudas habituales planeaban sobre Orriols, pero pronto Paco López las despejaría. Los 25 puntos de 33 posibles en el tramo final de la temporada y conseguir el objetivo de la salvación tras tanto sufrimiento eran un gran argumento para mantener en él toda la confianza.

Desde aquella remontada liguera han pasado meses en los que responsables como el propio Tito han acabado su etapa en el club y donde se han establecido varios récords históricos en la entidad. En paralelo, la presencia de Paco López en el banquillo se ha ido reforzando hasta encarar un nuevo año como levantinista este próximo curso. En su presentación apeló al aspecto emocional y a convencer a todo el mundo de que se podía lograr el objetivo. Hace menos de un mes, mantenía en una entrevista con este periódico la misma idea, la de quitarse de encima «ese sentimiento de pesimismo y negatividad».

Y de momento lo ha conseguido. Fiel a su estilo de transiciones rápidas y verticalidad en las buenas y en las no tan buenas, el técnico de Silla ha ido dejando huella y afronta la próxima campaña con una mayor autonomía. La falta de director deportivo, por el momento, en la entidad y la consecución de todos los objetivos marcados -a falta de consolidar una defensa que en su mayor punto débil- le han dejado como un actor principal a la hora de demandar nuevas fichas para su tablero.

Fichajes para crecer

El pasado verano, el Levante vendía a Jefferson Lerma por 30 millones, una venta histórica en el club que dejaba margen de maniobra en el mercado. Moses Simon, Raphael Dwamena, Erick Cabaco o Nicola Vukcevic eran algunos de los refuerzos que llegaban a Orriols para mejorar la plantilla. Sin embargo su rendimiento no ha convencido, especialmente a un Paco López que se ha decantado casi siempre por la columna vertebral de años anteriores.

Así, Cabaco no ha acabado de ofrecer el rendimiento de central titular que requería el equipo en ciertos tramos del año; Simon solo ha contado con protagonismo tras la suplencia de Jason a partir de febrero (1.121 minutos en total); Dwamena, pese a llegar como la gran esperanza goleadora, tan solo ha anotado un tanto en Copa, pobres cifras para un futbolista que costó más de seis millones y Vukcevic, el fichaje más caro de la entidad, apenas ha dejado muestras de su calidad, teniendo únicamente en los últimos partidos un mayor protagonismo.

Solo Rochina y Coke y, especialmente, los tres cedidos -Rubén Vezo, Róber Pier y Borja Mayoral- han sido piezas casi insustituibles para el técnico, que apuesta porque ambos centrales y el delantero se conviertan en incorporaciones definitivas, algo en lo que ya se trabaja desde el club. Además, otros fichajes ya cerrados como los de Carlos Clerc -con un perfil muy ofensivo similar al de Toño- o el de Hernani -velocista y rápido en las transiciones- se adaptan perfectamente al estilo que López plantea y que va ganando fuerza en Orriols con el paso del tiempo.