Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

I. Algarra: "Me dicen que he roto 'el yunque de la adversidad'"

Periodista de Superdeporte, presenta su libro "13 de noviembre"

I. Algarra: "Me dicen que he roto 'el yunque de la adversidad'"

Nos reunimos en la cafetería de su redacción, aquella que, durante tantos años, lo ha acogido en los pocos descansos que permite una profesión como el periodismo. Allí, compañeros y amigos lo abordan contínuamente durante la entrevista para preguntarle por su libro, su recuperación, por todo. Es comprensible, no se cruza uno todos los días con alguien como Ismael.

¿Qué significa para ti el Levante UD

Es el club de toda mi vida. Lo llevo en los genes. Mi abuelo era secretario de la Peña Vallejo, una de las más antiguas del club, y fue él quien me llevó desde pequeño. Yo soy tercera generación y lo he vivido como aficionado desde pequeñito. Y luego he tenido la suerte de unir el Levante con mi pasión periodística.

¿Cómo te ha ayudado ser del Levante?

Yo con el Levante he aprendido a levantarme de situaciones adversas porque el club lo ha pasado mal. Yo viví la ley concursal como periodista, cuando parecía que el equipo había tocado fondo, y luego revivió. De hecho fue un placer ver a Luís García en la presentación del libro porque con él empezó todo. Del Levante se dice que es el equipo forjado en el yunque de la adversidad y a mí muchos amigos me dicen «has roto el yunque». De este club he aprendio lo que es una familia, el estar unidos. Eso es lo que me ha aportado el Levante durante todo este proceso.

¿Es cierto que tuviste que improvisar una redacción en el hospital para seguir escribiendo?

Sí. A mí el médico desde el primer día me dijo que no cambiara mis hábitos, que si se parecía a mi día a día al de fuera del hospital tendría mucho ganado. Obviamente no es lo mismo ver un partido de fútbol en un hospital que en tu casa, pero sí mantuve rutinas. Yo tenía mi portátil, mi tablet, mi móvil y veía los partidos del Levante como si no pasara nada.

¿Qué te impulsó a escribir este libro?

Realmente el libro lo escribí a posteriori. Mentalmente me encontraba fuerte, con ganas. Es verdad que cuando terminó el primer proceso volví directo a trabajar y eso te absorbe todo el tiempo, y no me lancé. Pero bueno, siempre dicen que de las cosas malas hay que sacar conclusiones positivas, entonces cuando acabó la segunda, en agosto me lancé. Y no me costó, lo tenía todo tan fresco que fue casi una necesidad el soltarlo.

¿Qué claves de superación extraerías de esta obra?

Lo primero que recomendaría es estar bien rodeado. Mi única preocupación era que la gente de mi alrededor estuviera bien. Porque en el tema médico no te queda otra que fiarte de los profesionales. Tu verdadera batalla es la emocional, esta pasa porque tú estés mentalmente fuerte, es un ejercicio tuyo. Y para hacerlo ayuda mucho estar bien rodeado, no cerrarte en tu enfermedad, etc. Es verdad que al principio tienes miedo, el golpe es muy duro, pero tienes que ver que hay mucha gente a tu alrededor y hay que ser fuerte de cara a ellos. Y luego intentar que tu vida, dentro del cambio que suponen estas situaciones, no cambie tan radicalmente. Que todo se mantenga en una misma línea y, sobretodo, que la enfermedad no pueda contigo mentalmente. Es bueno también que vengan visitas, sentir esa cercanía. Yo, en cuanto me dieron el diagnóstico, necesitaba mandar mensajes a todo el mundo, contarlo con naturalidad.Tienes que buscar la normalidad dentro de la anormalidad que supone una situación adversa.

Jaime Sanz, tu primer doctor, habla de ti como una persona, «capaz de sonreírle a la vida en mitad del sufrimiento », ¿cómo se consigue?

Yo tengo la fortuna de tener la familia y los amigos que tengo, la gente que me ha respaldado y eso es lo que te ayuda a tirar hacia delante. Y luego darle normalidad, que no es tan fácil, pero tienes que intentar que tu rutina no cambie en exceso. Yo cuando mejor me encontraba era viendo al Levante, y mira que sufría cantidad.

¿Ver al Levante ha supuesto una evasión durante ambos procesos?

Hombre, es que el Levante ha sido mi medicina. El deporte en general ha sido mi medicina. Pero el Levante en concreto me ha ayudado mucho. No solo por los propios detalles que ha tenido el club; Quico vino a verme la primera semana, me han llegado muchos mensajes de gente que ha pasado por el club... Y todo eso me daba un chute emocional muy grande.

Frente al club precisamente presentaste la semana pasada tu libro. ¿Qué se siente?

Pues un agradecimiento tremendo. Además está el tema de Pedro Catalán, el padre de Quico, que ha vivido una situación similar a la mía y yo quería que estuviera ahí porque, cuando le hicieron el segundo trasplante yo estaba recuperado y fui a visitarle. Es una situación delicada, como un Gran Hermano, porque te encierran en una habitación y no puedes salir, entonces te envían la ropa, la comida, etc. Y yo fui a visitarle en una revisión y a través del cristal le decía: «Pedro, que somos del Levante, que no van a poder con nosotros». Entonces, uno de los momentos más felices del jueves fue tener al lado a Quico, presidente de mi club, y al otro a Pedro que son dos amigos, dos personas muy importantes.

Recibiste mucho apoyo en Twitter desde la presentación del libro, ¿cómo te hace sentir eso?

Mira, yo llevo desde la semana pasada en una nube. Para mí estas cosas suponen un chute emocional muy grande. En la presentación por ejemplo acabaron viniendo 150 personas , que para la presentación de un libro es mucho. Yo no sé si me lo merezco, pero al final parece que he dado lo que he recibido. Por lo tanto, estoy eternamente agradecido y orgullosísimo de la gente de mi alrededor, que me han respaldado, y de esos mensajes que sé que los escriben con el corazón, me han hecho mucho más fuerte. Algunos incluso me pedían que me lanzara a una segunda parte, pero prefiero ir poco a poco.

¿Cuál es el propósito de este libro?

El verdadero propósito de este libro era un agradecimiento a mis padres, porque esta pelea sin ellos a mi lado no hubiera sido lo mismo. De hecho, ellos no lo leyeron hasta que no estuvo terminado físicamente, no quería que me condicionaran. Una vez conseguí que lo leyeran y que se emocionaran, lo demás es un regalo. Además el libro tiene un fin benéfico, parte de lo recaudado será para la lucha contra la leucemia, no persigo ningún fin lucrativo.

Cuando comenzaste a escribir, ¿pensabas en comercializarlo?

Bueno, yo me marqué una serie de plazos. Estaba en agosto, en Cullera, y me propuse llegar a fin de año escribiendo y, con lo que tuviera, tomar una decisión. Finalmente, al ser una historia tan personal, quise autoeditarlo. Este libro es algo mío, para mí y para mi gente.

¿Cómo te ha cambiado esta experiencia?

Yo he conseguido valorar los pequeños detalles. Hay un momento que cuento en el libro, que llegas a un límite en el que no sabes si trabajas para vivir o vives para trabajar, si llegas a ese punto significa que algo no va bien. Y el hecho de que haya gente que ha captado el mensaje y me hable porque ha conseguido valorar más los detalles, ve la vida de otra manera, o considera que se ha equivocado en algo y puede reconducirlo gracias a estas líneas pues chapó. Ya estoy pagado, he conseguido mucho más de lo que me esperaba.

Compartir el artículo

stats