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Vicente Grima, la herencia del hincha total del Levante UD

Un levantinista fallecido este año lega al club un banderín de los años 50 y una colección de cuadros

El futbolista Toni Calpe, a principios de los 60, con Grima. levante-emv

Esta es la historia de levantinismo más allá de la vida y la muerte de Vicente Grima, un granota de Alberic. Tras su fallecimiento en las últimas jornadas de la pasada temporada a los 67 años de edad, este verano su entorno más próximo ha protagonizado un episodio emotivo con el club: la donación para el futuro museo de varios objetos que atesoraba.

Se trata de un banderín conmemorativo de un partido disputado en 1953 por los granota contra el Peña Soriano, un modesto valenciano, precisamente de Alberic, en unos años en que el Levante militaba en tercera división. Además, los herederos de Grima han cedido una composición original en cerámica encargada por este aficionado con los quince logotipos que se presentaron al concurso para convertirse en emblema del Centenario de 2009.

Grima, maestro de profesión, fue un granota de largo recorrido, de aquellos cuya vida gira en torno al día a día del club. Sobrino de un directivo de los años 60, y primo de uno de los referentes del equipo en la década de los noventa, Fede Marín, Grima seguía al equipo desde los años gloriosos del primer ascenso, siendo un adolescente. Hizo apostolado granota en los años duros, incluso en una comarca tan valencianista como la Ribera. Por eso fundó la Penya Llevantinista Granotes del Xúquer a mediados de los noventa, con el equipo en Segunda B, y no desaprovechaba ocasión para organizar encuentros en su casa con otros levantinistas.

«Vicente Grima era pura esencia de levantinismo. Vivía y pensaba 100% en clave granota, con raíces granotas de nacimiento. Nunca lo olvidaremos, es uno de esos levantinistas que cuando dejas de verlos los echas de menos sin saber el motivo de su ausencia», apunta Manolo Peris, expresidente de la Delegación de Peñas del Levante UD.

Según explica Paco Escribano, amigo íntimo de Grima, fue durante un encuentro con Emilio Nadal, responsable de Patrimonio Histórico del club, cuando se acordó la donación. «La voluntad de Vicente era que el banderín y los cuadros fueran para el futuro museo cuando él ya no estuviera», señala. Un documento firmado por familiares del fallecido y por Nadal atestigua la entrega: «Don Vicente Rafael Grima Poveda me hizo conocedor de esta decisión personal en una reunión que se celebró en diciembre de 2018 en Alberic. Hago uso de esta voluntad asumiendo la conservación y custodia de estos bienes», reza el documento.

Pese a la ausencia de títulos, la construcción de un museo que reúna recuerdos y tesoros cotidianos es la ilusión, casi la obsesión, de muchos granotas, que están realizando aportaciones modestas pero que reflejan la vinculación sentimental entre un club y sus seguidores: conservar un trozo de tela más de 65 años para legarlo como un tesoro como último gesto de fidelidad. «Poco a poco vamos recibiendo donaciones. Estamos catalogando y ultimando un museo virtual con una muestra de la documentación que estamos encontrando», anuncia Emilio Nadal.

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