Ni era habitual cobrar grandes cantidades de dinero en efectivo, ni recibieron una prima por la permanencia. Los interrogatorios del equipo técnico y los jugadores que formaban parte de la plantilla del Real Zaragoza, en la temporada 2010-2011, han aflorado las contradicciones de los acusados y las prácticas contables opacas de su antiguo propietario, Agapito Iglesias.

Ayer se retomó la tercera sesión del juicio por el presunto amaño del partido Levante UD-Real Zaragoza con el interrogatorio de los jugadores que formaban parte de la plantilla del club aragonés. Durante la mañana declararon destacados futbolistas profesionales como Maurizio Lanzaro, Ander Herrera o Gabi Fernández, excapitán del club maño, quien desmontó la versión del expresidente: «Es mentira lo que dijo Agapito. Completamente mentira».

Todos negaron que cobraran sus honorarios en metálico y tres de ellos desvelaron que entregaron a Iglesias el dinero que recibieron vía transferencia, unos 90.000 euros por cabeza. La investigación apunta a que ese dinero que retornaron habría servido para sobornar al vestuario del Levante.

La Fiscalía Anticorrupción se la jugó en el interrogatorio y mejoró la potencia del tiro respecto a la fase de instrucción. Dividió sus preguntas en bloques para no generar confusión entre las primas que el club pagó durante la temporada, vía transferencia bancaria y correctamente identificadas, y las que habría abonado en metálico por la permanencia.

Los jugadores cayeron en la emboscada. Negaron que percibieran finalmente el dinero, pues el club les comunicó que tenían que devolverlo. La mayoría de jugadores acusados abandonaron la entidad aragonesa tras estos hechos.

La declaración más esperada de la jornada era la de Gabi. El excapitán confesó sentirse «engañado», pues el club utilizó un documento con su firma para justificar la salida del dinero, 965.000 euros en total, que presuntamente habrían servido para el amaño.

«Ningún jugador del Zaragoza cobraba en efectivo (...) Yo recibí el dinero en la cuenta y Agapito me dice que se lo tengo que devolver para pagar viajes», declaró. A continuación, el futbolista afirmó que el empresario le comunicó que «no podía disponer del dinero a corto plazo» y que este movimiento de dinero «no es algo común ni normal». «Fue mi error, no le pedí ningún documento», reveló.

A Gabi le precedió Javier Aguirre, exentrenador, quien explicó que desconocía que se había negociado el incentivo. «No tenía ni idea de las primas», insistió.

Así relató el episodio que vivió: «A mi me llama Agapito y me dice que me ha ingresado dinero por una prima y le dije que la iba a devolver». Según su versión, se desplazó hasta la entidad, donde le entregaron un sobre que días después devolvió sin comprobar qué había en su interior. «Estoy aquí por un exceso de confianza», justificó.

Ander Herrera, ahora en el PSG, también señaló a Iglesias como la persona a la que entregó el dinero. «El presidente me comunica que es un ingreso erróneo y que lo tengo que devolver. No pregunto por qué se equivoca, era una orden del jefe», concluyó.