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¿Cantera granota?

¿Cantera granota?

La irrupción de Pepelu en la sub-21, tras su buen inicio de temporada en el Tondela portugués, ha puesto de nuevo sobre la mesa el asunto del trato que el Llevant UD da a la cantera. Existen diversos modelos: poco tiene que ver la del Barça con la del Athletic, por ejemplo. Messi, Ansu Fati o Iniesta son canteranos fichados. Otros no tanto: Xavi, Busquets, Piqué, Puyol o Guardiola. La Masia forma futbolistas desde niños, pero cada vez más incorpora a jóvenes cazados gracias a un gran radar a nivel mundial. Carísimo pero muy rentable. Sólo con el valor de mercado de cualquiera de los mencionados sería suficiente para financiar la Masia durante décadas. El Athletic, por otra parte, se centra en una labor más clásica de peinado y formación de niños de la órbita vizcaína. También es caro y muy rentable. ¿Cuántos años puede estar operativo Lezama con los 80 millones de Kepa, por poner un caso?

Villarroel creó un modelo propio. Al no disponer de un escaparate como el Barça o el Athletic, convirtió al Atlètic Llevant en ese equipo donde foguear y visibilizar a futbolistas traídos de distintos caladeros. Si alguno destacaba subía al primer equipo o se vendía. El sistema dejó al filial a las puertas de Segunda (donde el negocio sería más rentable) y lo convirtió en una factoría de interesantes futbolistas. Y eso pese a dos graves defectos: Villarroel (que estaba convencido, como tantos otros, que entendía de fútbol) jugaba al monopoly con información del equipo de Manolo Salvador, a quien pocas veces hacía caso. Con este sistema, además, apenas tenía sentido mantener una cantera por debajo del filial.

Catalán, López y la cantera. Desde la llegada de Quico a la presidencia no se ha definido el papel de la cantera y se ha funcionado más por inercia que por convicción. Así, se han heredado dinámicas del villarroelismo (se ficha mucho de fuera, suben pocos del juvenil) y, en general, la apuesta es muy tibia. Paco López, que viene del filial, tiene una cierta predisposición a que esto cambie. Pero la apuesta (que conlleva riesgo y requiere paciencia) no puede ser del entrenador, tan acuciado por la inminencia de los resultados; sino del presidente y su junta. Y esa determinación hoy no existe.

Y sin embargo, el tema se antoja inaplazable, ya que para el futuro de clubes como el Llevant es esencial una gestión profesional de la cantera y una estrategia bien definida y dirigida con convicción. Bien llevada, aporta dos factores esenciales: es rentable y refuerza el vínculo del aficionado con el equipo.

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