Existe la sensación de que el Sevilla se nos atraganta. Hay equipos con los que pasa. Sin una explicación convincente. Es así. Hace bastantes años, en Segunda, recuerdo que nos sucedió con el Málaga. La única solución, en estos casos, pasa por truncar esa dinámica. El Llevant hoy tiene la oportunidad de hacerlo en un escenario siempre imponente. En todo caso, hay que matizar esa impresión de hueso duro de roer, muy condicionada por las dos goleadas del curso pasado (2-6 y 5-0). Si miramos más allá es el Llevant quien se ha convertido en una mosca cojonera para una escuadra que siempre comienza la Liga con vitola de gallito. Por ejemplo, en los doce enfrentamientos anteriores el Llevant ganó cuatro veces, empató seis y sólo perdió dos; de ellos, en el Pizjuán sólo se impuso una vez el Sevilla, otra los blaugrana y se dieron cuatro empates. Todo lo que hace falta, por tanto, es hacer borrón y cuenta nueva a los duelos de la pasada campaña, ir a por todas y volver a poner las estadísticas a nuestro favor. Para que ello suceda habrá que mejorar las sensaciones de Leganés, hoy ante un rival mejor pero que no va a ser tan intenso y que previsiblemente dejará más espacios. Otro de los objetivos que seguro que se han trabajado durante el parón de selecciones es de conseguir que Aitor, con la renovación cerrada, deje de ser el portero a quien más veces tiran a gol.

?Campaña es duda para el partido por una amigdalitis. Si finalmente no entra en el once, Paco López podría optar por un trivote balcánico inédito hasta la fecha, con Radoja-Vukcevic en la contención y Bardhi, ya recuperado, como enlace con el ataque, que es otro de los aspectos a mejorar. Hernani también vuelve, tras su partido de sanción. Tiempo habrá tenido de respirar hondo y mentalizarse para no volver a cometer un error como el del enfrentamiento ante Osasuna. Con la falta de frescura en las piernas de Morales, a quien López sigue intentando rescatar, Hernani deviene un futbolista esencial en ataque.

?Un cuarto de millón para Quico. Esta semana hemos sabido que el sueldo del presidente subirá hasta rondar el cuarto de millón de euros anual, lo cual ha desencadenado un torrente de críticas. No debiéramos perder de vista que Catalán es el responsable último de una sociedad con un presupuesto que ronda los 100 millones. Critiquemos las cosas que haga mal (como por otra parte siempre hemos hecho desde esta ventana) y que su jornal esté acorde a sus obligaciones, capacidad y responsabilidad, como sucede en cualquier gran empresa.