El Levante traslada incertidumbre. Da igual el rival que tenga delante. Para bien o para mal, el cuadro dirigido por Paco López sorprende a sus feligreses jornada tras jornada. Del subidón que supuso tumbar al Real Madrid al desengaño tras ser vapuleado en Ipurua. El técnico de Silla, en la semana de su segundo aniversario en el banquillo del club, está necesitado de buenos resultados para que no ponga en tela de juicio su posición. El mensaje es de ambición y el de ser un equipo con temperamento desacomplejado, pero sin victorias, o incluso sin continuidad, las promesas se traducen en mensajes inertes y sin valor. No obstante, el Ciutat de València siempre brinda una nueva oportunidad pasar sanar las heridas, el rencor y la frustración.

Esta vez, el Granada debe ser quien pague los platos rotos de Eibar, pero el cuadro nazarí llega a Valencia con la misma intención. Básicamente, porque el fútbol, como la vida, te da y te quita. La temporada les está dando mucho a los andaluces, pero la eliminación en Copa fue una pérdida irreparable. «El consuelo nunca va a llegar», se sinceró Diego Martínez en la previa del choque. Fue una ilusión y un estímulo para dar pasos de crecimiento como club, hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, un zarpazo de Yuri sumergió al equipo rojiblanco en el mayor de los dolores. Pese a ello, es una de las sensaciones de la competición, pero el varapalo copero, y la importante baja de Yangel Herrera por lesión, puede ser un factor de vulnerabilidad.

La plantilla del Levante es tan emocional que se puede comparar con una montaña rusa, y en esas aguas sabe por dónde nadar. LaLiga es la prioridad, y una victoria supondría un respiro en la clasificación. Sin embargo, una derrota significaría ver el abismo desde una posición desagradable. Para evitarlo, Paco recupera a Nemanja Radoja. El serbio regresa a la lista de convocados, tras mes y medio de lesión, para darle energía al centro del campo en el tramo de la competición donde los objetivos se intensifican. No obstante, los focos apuntarán a distintos puntos, tanto del campo como del banquillo.

Campaña volverá a comandar la medular después de haber sido visto, en el Ramón Sánchez Pizjuán, viendo al Sevilla la semana pasada. No deja de ser lícito, pero los cantos de sirena apuntan a que ambos clubes volverán a entablar conversaciones en el futuro con el fin de sustituir a Banega. Rúben Vezo regresará a la alineación tras ver cómo Bruno le adelantó por la izquierda ante su bajo rendimiento. Si el templo de Orriols garantiza nuevas oportunidades, el luso tendrá la ocasión de demostrar, debido a la ausencia de Postigo por sanción, que es el central por el que se apostó fuerte el pasado verano. Y mientras el juego transcurra, Óscar Duarte meditará sobre su futuro más inmediato. De momento, no sabe si seguirá enfundándose la zamarra azulgrana o hará las maletas para mudarse a las entrañas de Mestalla. No en vano, y como quien tiene que deshojar la margarita no es el costarricense, será, de momento, un efectivo más que sumará en el tramo decisivo de la campaña. Y todo ello frente a un Darwin Machís que, pese a que apunte a la suplencia, estuvo en la agenda de los granotas para reforzar la banda izquierda. El Granada ha de ser el punto de partida para perfilar la permanencia.